6: El llamado que cambió todo.

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Capítulo 6: El llamado que cambió todo.

-¿Qué ha pasado aquí? ¿Qué es todo este chiquero? - dice mi madre horrorizada.

Un perrito muy lindo de pelaje casi dorado con la lengua hacia afuera se queda mirándola con las patas apolladas en el sofá. LES PRESENTO A TARRY. Acerca de eso... En los últimos días Blacky no estaba comiendo, estaba triste, y pues ¿Que mejor que conseguirle a un gato un mejor amigo perro?. Y eso es lo que le dije a mi madre, aunque ella insistió en que el gato comía glotonamente como siempre y que no perdió el interés por jugar, por lo que no estaba triste. Está bien, capás el que tenía ganas de un nuevo miembro en esta familia soy yo. Pero necesito hablar con alguien de vez en cuando y se que Tarry me ayudará. No digo que el gato no lo haga, pero está durmiendo la mayor parte del día y no es de mucha ayuda.

Luego de una extensa charla que casi hace que Tarry regrese a la perrera, logré convencer a Carol, sí, a la persona mas inconvencible del mundo. Bueno, creo que acabo de inventar esa palabra. Pero vayamos al grano: tengo un nuevo perrito. Y claro que prometí limpiar todo el desastre que provocó y el que posiblemente seguirá provocando, darle de comer y todas las cosas que implican tener un animal en casa. Debo admitir que odio esa parte.

Llego a mi habitación, cojo mis tennis, ropa de entrenamiento (no es que vaya a moverme, solo me gusta estar cómodo y más si se trata del barrio de mi padre ya que no hay lindas chicas) , mi móvil con su cargador, alguna que otra cosa más y cierro mi bolso.

Sí, ya es sábado, que rápido pasa el tiempo. A propósito, en una semana es mi cumpleaños, como ya he dicho no me agrada mucho el hecho y menos la idea de que mi "malvada madrastra" se haya ofrecido a organizarme una fiesta. Obviamente no acepté que mis amigos asistan; Leogian es totalmente elegante, siempre tiene que estar bien vestida y no quiero que mis amigos y las personas con los que más o menos tengo un diálogo se espanten. Además no es la persona más simpática y agradable del mundo. Por lo que he accedido a que organice la fiesta como ella quiere. Lo que más me aterra es su familia, son tan llamativos y superficiales.

En cuanto a ella, estoy haciendo un gran esfuerzo para no mandarla al diablo ahora mismo. No puedo creer como mi padre ha caído en sus garras. Pero si el dice ser feliz junto a ella, no me queda otra opción que aceptarlo, él es lo más importante que tengo.

Tengo que pensar qué ponerme, estoy muy nervioso. Conoceré a toda su familia, y no creo poder lidiar con ellos. Tampoco quiero que me vean débil, vulnerable, fácil de manipular. Tendré que controlarme y no me queda mucho tiempo.

-Pero muchas cosas tendrán que cambiar- y esa fue la frase que repetí una y otra vez en mi cabeza.

Al llegar a casa, hablé con mamá y la abuela sobre la fiesta de Leogian y pues se hicieron encima, literal. Siempre hablo con ellas sobre estos temas porque me escuchan y comprenden como nadie. Mamá esta feliz de que mi padre rehaga su vida, pero no con esta mujer. Supongo que la mayoría de las personas separadas no quieren que sus ex parejas sean felices, pero Carol sí. No se si sea porque es buena persona y no le desea el mal a nadie o porque la mala de la historia fue ella y no mi padre. Pero como no sé el motivo de la separación no puedo decírselos. Igual prefiero pensar que la culpa fue de mi padre.

Volviendo al tema. Aún no les he platicado sobre mi querida abuela... Ella es la mejor persona que hay en la tierra, sabe de cualquier tema, y no es la típica vieja aburrida que sus nietos odian. Ella es distinta por eso amo estar en su casa por horas, no me aburro, aprendo. Y eso que soy un chico. Se me hace muy difícil mirarla a los ojos sin llorar, en serio la admiro. Su nombre es Heyly y es el ser más dulce y comprensivo de esta tierra. Alguien que nunca me gustaría perder. Siempre me apoyó hasta cuando quise ser bailarín. Todos se reían de mi en la escuela. Solían llamarme gay. Hasta mi madre desaprobó la idea. Y mi padre ni hablar, decía que yo no era un Gray. Pero mi abuela siempre estuvo ahí, diciéndome "Escuchame pequeño peter, no dejes que nunca alguien te diga que no puedes hacer algo. Tú tienes que intentarlo, y perseguir tus sueños. Si a ti te hace feliz bailar, bien por ti. Si a ellos les molesta, mal por ellos. No puedes complacer a todos en este mundo. Pero habrá miles de personas que te apoyarán y en este caso bailarán contigo." ¿Ahora entienden por qué la amo? Tiene setenta y tres años y sigue pensando de esa forma. Y cuando digo que no me da vergüenza estar con ella, incluyo el ir caminando juntos de la mano, llevarla del brazo por el centro comercial. En fin. Lugares públicos. Gente. Miedo. Vergüenza.

Luego de la extensa charla, saco mi celular del bolsillo y pongo mi cara de picarón.

Mi madre me ha escuchado hablar mucho sobre la pende-vieja. Pero jamás la ha visto, ni siquiera en una foto. Y yo se que se quedó con las ganas...

-¿Qué pasa si te digo que conseguí una foto de Leogian en la que se ve perfectamente su cara, su ropa, su mansión y hasta su auto?- digo con la misma cara de canchero que el emoticón de WathsApp mientras volteo el teléfono hacia mi madre.

Es una foto en la que aparece ella con un gran vestido que combina con su Bentley blanco, y se puede observar de fondo su gran mansión.

-Zuel... Que bajo has caído- finge que habla con mi padre- ¿Co-co-co-cómo la conseguiste? - dice luego de unos tres minutos boquiabierta.

-Tengo mis contactos.. - bromeo. Siempre quise decir algo así , como un agente de película.

-Ya, en serio- insiste.

-Pues, tú sabes que tienes un hijo muy inteligente, ¿no? De hecho, no me costó nada. Actuó más mi cerebro que mis manos. - termino poniendo suspenso.

-Continúa- dice Carol fijando sus ojos en mí.

-Fue sencillo. Mi padre me tomó varias fotos y luego me las puse a ver, encontré esa foto de su novia en la cámara, saqué el móvil e hice de cuenta que le estaba tomando una foto a mi foto, pero en realidad le saqué a la de ella. - confieso.

-Oh mi chiquillo, ¡¡¡A mi ni se me hubiera ocurrido!!!- exclama orgullosa mientras da un beso en mi frente. Sí, eso quedó bastante falso.

-Lo sé- doy por finalizada la conversación.

****

Luego de un buen baño de inmersión caliente en el que me he relajado bastante, me tomo unos minutos sentado en el suelo del baño para reflexionar un poco, pero la paz no dura mucho.

-¿Mi-mi hermana? Sísí, la recuerdo. ¿¿Su hija?? ¿¿Qué?? ¿Tenía una hija? ¿16 años? ¿Y cómo es que yo no me he enterado? ¿Un accidente? Sí, por supuesto, eso no es una pregunta, me haré cargo. ¿Mañana? Sísí, hablaré ya con Peter. Lo siento es mi hijo - escucho a mi madre bastante exaltada teniendo una conversación con quien no puedo comprender. Ella se encontraba en la cocina, la cual está a una pared del baño, motivo por el cual pude oír todo.

-Todo esto es tan difícil- suspira tratando de calmarse de una forma en la que no la escuche.

Que alguien me explique YA que demonios está pasando. ¿Tía? Yo no tengo ninguna tía. ¿Acci... *mi madre interrumpe mi laguna de pensamientos confusos al abrir la puerta*

-Peter, supongo que has escu...

-¿TÍA? ¿DE QUÉ DIABLOS HABLABAS? EXPLICAME YA.

-Cálmate, es una situación delicada, siéntate.

Obedezco y me siento esperando respuestas a todas mis preguntas no formuladas.

-Verás... - empieza a relatar.

****

NOTA DEL AUTOR:

HOLAAAA HERMOSOS LECTORES, YA CASI 1K DE VISITAS!!! En tan poco tiempo, en serio les agradezco mucho, no tienen idea de lo mucho que significa esto para mí.

*en fin, seré breve*

Creo que este capítulo fue mas largo...

Veremos que sucede en el siguiente capítulo, espero actualizar pronto.

Gracias por leer,

Gracias por su tiempo.

Los aprecio

Nunca lo sabré [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora