Enchanted (KidxMaka)

Capítulo 11

Kid

Para ser franco, la caída no me dolió tanto. Al principio sentí un gran dolor en la espalda y un peso en mi torso. Pero, cuando me di cuenta de qué estaba pasando, todo el daño desapareció mágicamente.

Sentí los labios de Maka sobre los míos y abrí los ojos con sorpresa. Me encontré con los suyos, verdes y abiertos como platos.

Quise cerrar los ojos, quise poner mis manos sobre su cintura y quise seguir besándola. Pero ella rápidamente se levantó sobresaltada y solo entonces recordé que toda la escuela estaba mirándonos. Me levanté, aturdido, mientras veía como Maka evitaba mi mirada y tenía la cara roja de vergüenza. Se había escondido detrás de Kilik, que se hallaba aún más confundido que yo. 

El chico no sabía qué decir, de hecho, nadie decía nada. Todos se habían quedado de piedra, observándonos en silencio. Hiro, que también había caído al suelo (y seguía allí), reaccionó en ese mismo instante y comenzó a gritar enfadado. 

Los gritos de Hiro animaron a que los alumnos comenzasen a murmurar cosas, inventándose todo tipo de rumores sobre Maka y yo. ¿Es que no habían visto que había sido un accidente?

¿No habían notado que el torpe de Hiro se había tropezado, empujándonos a Maka y a mí al suelo?

Había sido un simple malentendido, pero los murmullos por parte de todos seguían aumentando.

– Eh...– comenzó a decir Kilik, incómodo, mientras se rascaba la cabeza.–Pues hasta aquí el evento deportivo, ahora podéis disfrutar con vuestros amigos y parejas del festival que hemos organizado los del consejo y yo... ¡Disfrutad!

Bajo la atenta mirada de todos, Kilik cargó a una inerte Maka en su espalda, con la intención de llevarla a la enfermería. Maka parecía haber visto a un fantasma: no decía nada, estaba pálida y tenía su vista fija en un punto a lo lejos. Una vez Kilik y ella desaparecieron, los alumnos se dispersaron, olvidándose por momentos de lo que acababa de suceder. Suspiré aliviado mientras me alejaba del escenario en busca de Soul y Black Star.

– Kid,– sentí que me llamaban y me di la vuelta para mirar a Hiro, en sus ojos solo podía ver odio,– a partir de hoy tú y yo somos rivales.

– Como quieras.– respondí, encogiéndome de hombros mientras seguía caminando en busca de mis dos amigos. Escuché como maldecía en voz alta cuando me alejé ignorándolo por completo.

Seguí andando por el patio, notando las miradas de algunas chicas que se susurraban cosas entre ellas. Bajé la cabeza mientras ponía mis manos en los bolsillos. 

Tsch. Muchos rumores innecesarios saldrán de esta situación tan incómoda.

Cada vez que pillaba a alguna persona mirándome, le devolvía la mirada fijamente, atemorizándolos a todos.

Una mano se posó sobre mi hombro y giré, encontrándome con los ojos de Soul.

– Bro,– dijo, aguantándose una carcajada,– sabía que estabas loco por ella.

– Fue un accidente.– comenté, frío. No quería hablar del tema.

– Lo sé, me gusta meterme contigo.

Sonrió de forma arrogante, enseñando sus característicos dientes de tiburón. 

– Además, Kilik se la ha llevado.– mencioné, en mi tono de voz pude notar una pizca de furia y por la mirada que Soul me dedicó después, supe que él también lo había notado.

– No sé cuál es tu problema con Kilik.– contestó, serio.– Es un buen amigo. Si lo que te preocupa es Maka... Créeme, no tienes que sentir celos de Kilik.