Capítulo 17

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Kid

– ¿Nat? ¿Se puede saber qué haces aquí?

La rubia de ojos azules había estado llamando al timbre de mi casa durante casi media hora, pero yo no me había dado cuenta hasta hacía unos segundos, pues estaba sumido en mis pensamientos. También tenía sueño. Me había pasado toda la noche imaginándome conversaciones ficticias con Chrona. También había leído los libros que recogí en la biblioteca la noche en la que me encontré a Maka.

Maka.

También me había pasado la noche pensando en ella. ¿Realmente esto era soledad? 

– Llevas casi dos semanas in ir a clase, estaba preocupada.– me miró con ojitos inocentes.– Además, tampoco me has llamado... 

- Perdóname, Nat.– me rasqué la nuca.– Ahora mismo no estoy en el mejor lugar mental, creo que es mejor que seamos solo amigos.

Ella frunció el ceño. No le había gustado mi respuesta. 

– Es lo de siempre, ¿no?– replicó, alzando su tono.– Dime una cosa, cuando vuelvas a estar bien, ¿con quién te irás? 

Tragué, ya sabía a donde quería llegar con todo aquello. Un sentimiento de culpa me abatió. 

– Natalie...– suspiré, intentando tomar sus manos para calmarla.

– Te irás con Maka, ¿verdad?– alzó la vista y vi como sus ojos se humedecían mientras mi cabeza asentía.– Me vas a volver a dejar por ella, hace dos años hiciste lo mismo.– sollozó– ¿Qué tiene ella que no tenga yo? Dime, Kid, ¿qué puedo hacer yo para ser tan especial como ella?

– No lo sé, Nat. Lo siento mucho, no sabes cuánto deseo no hacerte daño.

– ¿Por qué, Kid?– suspiró.– ¿Por qué no puedo ser yo?

Iba a responder, pero noté que por muchos sollozos y lágrimas que sus ojos echasen, estos parecían fríos y manipuladores como el hielo. Algo no encajaba.

– Sé que me necesitas, Kid. ¿Qué sería de ti sin mí?– murmuró.– A la mierda Maka, llevas enamorado de ella durante más de dos años y no ha pasado nada. Olvídate de ella, no puede sacarte de esa soledad que sientes como yo puedo.– sonrió pérfidamente mientras se limpiaba las mejillas, como si se hubiese recuperado fácilmente del bajón que había tenido hacía unos minutos.– Sé que la estás sintiendo ahora mismo, esa oscuridad. Estás muy solo. Yo puedo hacer que dejes de estarlo. 

Como si se tratase de un hechizo, comencé a sentir aquel vacío oscuro rodeándome. Intenté resistirme a él, como lo había hecho las pasadas dos semanas. Intenté controlarlo, pero solo crecía y crecía. Ella tenía razón. Estaba solo. De repente, yo me hice muy pequeño y todo se hizo mucho más grande. No pude aguantar más.

– Entra.– susurré, rendido.

Antes de acabar de decirlo, Natalie ya había cerrado la puerta detrás de ella. Y yo, una vez más, había vuelto a caer.

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.

.

Los intensos rayos del sol de las cuatro me impactaron cuando desperté. Natalie se había ido hace horas y yo me había quedado dormido. Por lo menos había recuperado horas de sueño después del insomnio de la noche pasada. 

Dos semanas de progreso. Dos malditas semanas.

Y lo acabo de mandar todo a la mierda con Natalie. Miré por la ventana de mi habitación, evitando pensar en ello y en el vacío que volvía a formarse, una vez más, dentro de mí. Me estremecí mientras observaba los miles de cerezos en flor. 

Enchanted (KidxMaka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora