Maka
Abril terminó tan rápido como las lloviznas características de aquel mes, dando paso a los próximos cuatro meses de más calor del año. ¿El menos caluroso? Mayo. Me encontraba en la pequeña terraza de mi residencia, acabando de leer el libro que empecé ayer. Al sol, pero con una sombrilla tapándome el cuerpo, protegiéndome bajo su sombra de los calurosos rayos solares. Tenía la frente sudada y mi mano derecha viajaba constantemente hacia la mesita que tenía al lado, donde la jarra de agua con hielo más refrescante de todas aguardaba por ser consumida por mí.
Hacía una semana había estado en la majestuosa mansión de Kid, y la conversación más bizarra entre él y yo había sucedido. ¿Ser su novia? ¿Yo? No creo. No después de todo lo que ha pasado. Ya no siento nada por Kid, estoy segura. A pesar de haberme pasado los últimos días imaginándome pequeños escenarios en los que él y yo somos pareja, estoy segura de que ya no siento nada por él. A pesar de haber pensado en lo que implicaría volver a besarlo, estoy segura. Por lo menos, eso quiero pensar.
Mi mano derecha volvió a deslizarse hacia la mesa y mis dedos notaron la refrescante sensación del cristal frío sobre ellos. Cogí el pequeño vaso y me lo llevé a mis labios. La sensación de decepción en mi cara fue bastante palpable cuando, por mucho que sorbiese y bebiese, no sentía la húmeda sensación del agua en mi boca. Levanté los ojos de mi libro de Jane Austen y fruncí el ceño cuando descubrí que la jarra de agua se encontraba vacía.
Sin esperar segundo alguno, entré de vuelta por la estrecha puerta a mi departamento y procedí a llenar la jarra con agua y mucho (mucho) hielo. Mi mirada se desvió de la jarra hacia mi teléfono y tragué fuerte al ver la cantidad de mensajes de Soul y Black Star. Había muchos más de Black Star que de Soul, pero comiencé a leer los del albino porque posiblemente eran los que mejor escritos estaban.
Mierda. Para cuando terminé de leer, sabía perfectamente que no volvería a relajarme con un libro en mi terraza por mucho tiempo. Marie había decidido adelantar la fecha de entrega de nuestras composiciones y el avance más notorio que habíamos realizado en la banda era que le habíamos puesto un nombre. A nivel instrumental o lírico no teníamos nada.
Mierda. Los mensajes de Black Star eran simples exclamaciones y avisos de que debía leer los mensajes de Soul lo antes posible. Suspiré. Antes de que pudiese mover un solo músculo, se escuchó como llamaban a la puerta. Apurada, abrí y me encontré con los dos chicos que hacía escasos minutos habían llenado mi teléfono de notificaciones.
– ¿Viste los mensajes?–preguntó Soul seriamente mientras se hacía paso y entraba a mi pequeña sala. Ya se me hacía hasta familiar ver a Soul en mi departamento. Black Star hizo lo mismo, después de saludar animadamente, se sentó en mi sofá.
– Sí, lo he leído todo.
– Vamos a tener una reunión de banda ahora mismo, si quieres cambiarte te esperamos.– mientras decía aquellas palabras, noté como desviaba la mirada y sus mejillas se teñían de un leve color cereza. Solo entonces me percaté de que seguía llevando mis pantalones vaqueros cortos y la parte de arriba de un bikini negro que tenía para usar por casa los días de calor. Corrí rápidamente hacia mi habitación y me puse la primera camiseta que mis manos encontraron.– Bien, bueno, creo que es obvio que debemos componer una canción lo antes posible. Y debe ser cool, no podemos permitirnos ninguna mala nota.
– Maka, ¿no tienes nada escrito?– preguntó Black Star, poniéndose serio. Había visto a Black Star de muchas maneras pero jamás lo había visto tomándose un asunto con tanta seriedad como lo hacía ahora. Tsubaki verdaderamente comenzaba a hacer efecto en él, se diese cuenta o no.
Me llevé los dedos a la comisura de mis labios. No. La verdad es que no me había parado a escribir absolutamente nada los últimos meses. No mucho, por lo menos. No lo suficiente. Negué y Soul suspiró.
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Enchanted (KidxMaka)
FanficMaka y Kid no creen en el amor. Hace tiempo que se rindieron con este tema, cada uno por razones distintas. Pero, tras un encuentro predestinado, acaban bailando juntos en un baile de máscaras. Por mucho que traten de olvidar esa velada y por mucho...