Capítulo 10

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Maka

– ¿Soul? ¿Qué haces aquí?

Aún no había anochecido pero dada la hora sabía que pronto el cielo comenzaría a teñirse de negro. El chico de ojos carmesí me saludó alzando su mano, con su usual chulería y arrogancia.

– Quería hablar contigo ahora que ya han acabado los exámenes.– dijo, sonriendo de lado.– ¿Has decidido ya si vas a ir a la fiesta de Kim? Black Star me ha contado que Tsubaki sí irá.

– No me suelen gustar las fiestas.– contesté, mirándolo. Metí las llaves en el cerrojo y después de darles varias vueltas, la puerta abrió.– ¿Quieres pasar? Si nos quedamos aquí fuera pasaremos frío.

– ¿Alguna vez has ido a alguna fiesta?– preguntó Soul levantando una ceja, entrando a mi humilde residencia.– Bonito lugar.

Sonreí tímidamente por el cumplido y me dirigí hacia la cocina a por bebidas. Una vez volví, Soul ya estaba sentado en el sofá amarillo de mi sala de estar. Había cogido el cuadro que se encontraba en la pequeña mesa del centro, donde tenía pensado colocar la bandeja con las bebidas. Soul miraba con detenimiento la pequeña foto del marco que sostenía en sus manos.

– Es mi madre.– dije, el albino levantó la vista y me miró fijamente.– La chica que tiene en sus brazos soy yo, mi padre nos tomó la foto hace siete años. Es mi foto favorita.

Soul esbozó una pequeña sonrisa mientras volvía a poner el cuadro en su lugar. 

– Y bien,– hablé de nuevo, después de tomar un sorbo de mi té,– ¿de qué querías hablar?

Soul posó su taza en la mesa, cerca del jarrón de flores y me miró seriamente.

– De Kid.

Sentí como mi corazón se saltaba un latido.

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La cegadora luz del sol se posó sobre mi ojos, los cuales se abrieron con molestia. El despertador aún no había sonado, así que por suerte no me había quedado dormida. En la mañana del 14 de febrero la luz era más radiante y en el aire se esparcía el olor de las flores. Desconecté mi alarma y me metí con tranquilidad en la ducha. Recordé que hoy por fin había llegado el día por el que el consejo estudiantil había trabajado tanto y sonreí. Como el día de hoy consistiría en un evento deportivo, decidí ponerme unas mallas verde claro y una sudadera blanca. Me recogí el pelo en una coleta alta y tras desayunar, salí de mi residencia.

– ¡Maka!

Miré hacia abajo y encontré la figura de Kilik. Él también había escogido ropa de deporte para el evento de hoy. Bajé las escaleras corriendo mientras alzaba una mano para saludar al moreno.

– ¿Qué haces tú por aquí?– pregunté.– Es un poco temprano para asistir a la academia.

– Lo sé, pero quise venir a ayudar con la preparación de las actividades. Además, conseguí que los capitanes de cada club deportivo llegasen pronto para venir a ayudar con los preparativos.– contestó sonriente, poco después me miró y con una mano, se ajustó las gafas. Su otra mano se encontraba ocultando algo tras su espaldas.– Por cierto, te he traído algo, es de parte de mis padres.

Sacó su mano de su escondite y esta portaba una pequeña rosa blanca. Me la entregó y mi sonrisa aumentó.

– ¡Muchas gracias!–exclamé, cogiéndola cuidadosamente.– ¡Iré a dejarla en un vaso de agua!

– Me alegro de que te guste, mis padres la cortaron esta mañana del jardín de casa.– comentó.– Mientras vuelves a casa yo iré organizando y ayudando a las personas que vengan a echarnos una mano con todo, nos vemos luego.

Enchanted (KidxMaka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora