Capítulo 3

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Maka

Había pasado una semana desde mi extraño encuentro con el hijo del director, debía admitir que me sentía mal por haberlos juzgado a él y a su grupo de amigos por tanto tiempo. Aunque, si lo pienso, en cierta parte sí que eran como Tsubaki y yo habíamos predicho, solo que ahora habían cambiado.

Era sábado, el día del baile al que Tsubaki estaba tan empeñada en ir. Aunque no tuviese muchas ganas de ir al baile en sí, tenía un poco de curiosidad por saber cómo sería. Era un baile organizado por nuestro cómico director, el padre de Kid, así que sería en el gran gimnasio de nuestra academia. Nos habían llamado a los integrantes del consejo estudiantil para ayudar con los preparativos y decoraciones. Así que ahora mismo me encontraba subida en lo alto de una gran escalera, intentando colgar un gran cartel de bienvenida para todos los alumnos que fuesen llegando al baile.

– ¡EY, MAKA!– alguien me llamó desde abajo. Bajé mi mirada para mirar a Jacqueline, la cual estaba sujetando la escalera para que no me matase. Pero ella no me había llamado, miré hacia la puerta del gimnasio y vi a Liz, acompañada de Soul y de su hermana. Poco después aparecieron Black Star y Kim.– ¡VINIMOS A ECHAROS UNA MANO CON LAS DECORACIONES!

–¡Genial!– respondió Jacqueline.– ¡Liz, Patty y Soul, podéis encargaros de traer las mesas donde pondremos la comida para el baile!

– Sí,– asentí, apoyando a mi compañera,– podréis encontrar las mesas en el laboratorio de Stein.

Los tres asistieron y, con un poco de temor, se dirigieron hacia el laboratorio de Stein.

– ¿Y qué hago yo? ¡Supongo que necesitaréis la ayuda de una gran estrella como yo!– sugirió escandalosamente Black Star.

– Sujeta la escalera de Maka mientras Kim y yo vamos a la cafetería a por el equipo de sonido.

– Eh... ¡Está bien!– respondió el peliazul,– ¡Maka!¡Puedes estar tranquila!¡Estás en manos de un dios!¡MUAJAJAJAJA!

Temí por mi vida.

Espera, si Liz, Patty, Soul, Black Star y Kim están aquí, eso quiere decir que...

Y en efecto, él estaba allí también. No había notado su presencia hasta ahora, estaba recargado contra la puerta del gimnasio y, ¿me estaba mirando?

Sí, me estaba mirando. Muy fijamente. Sentí calor por toda mi cara.

¿Cuál era su problema conmigo?

Durante toda esta semana pasada, notaba su mirada cada vez que nos cruzábamos por los pasillos. Cuando me giraba a enfrentarlo, él no apartaba sus ojos de mí. Me hacía sentir incómoda y era yo la que acababa desviando la vista. No sé qué le pasaba, ¿dije algo que le molestase?

¿Tal vez no le gustó el libro que le di?

Seguí mirándolo y él a mí también. Ninguno quería apartar la mirada del otro.

– ¡Kid!¡Mueve tu culo y ayúdanos!– gritaron Harvard y Oxford desde el otro lado del gimnasio. Estaban intentando construir un pequeño escenario donde Justin, el DJ del instituto, estaría pinchando música para nosotros toda la noche.

Vi como Kid apartaba sus ojos dorados, y después de hacer una mueca de fastidio, se dirigía hacia los otros dos integrantes del consejo estudiantil.

Proseguí con mi tarea mientras Black Star me gritaba que era una lenta y que debería dejarle mi trabajo a él, que era un dios. A veces me preguntaba si este chico se drogaba. Nadie en su sano juicio podría decir las estupideces que Black Star decía.

Enchanted (KidxMaka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora