Capítulo 2

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Kid

–Entonces, ¿irás?–. Liz me miraba seriamente. Quizás le estaba dando demasiada importancia a este estúpido baile. ¿Por qué tenía tantas ganas de que fuera? Total, no iba a bailar con nadie. Ir a ese baile acompañado de una chica sería aún más pérdida de tiempo que ir solo.­– Venga, Kid, es solamente un baile de máscaras.

–Está bien, aunque no entiendo por qué tienes tantas ganas de que vaya.– respondí, mirándola con indiferencia. Liz empezó a caminar por los pasillos y yo no pude hacer más que seguirla.

–Pues porque somos amigos y será divertido.– contestó sonriendo. Sus ojos se iluminaron cuando Soul apareció al fondo del pasillo, acompañado de Patty, Kim y Black Star.– ¡Soul!¡Patty!¡Estamos aquí!

A veces Liz podía ser muy ruidosa. Todas las personas del pasillo nos miraban. Solían mirarnos siempre, esta academia estaba llena de gente muy chismosa, sabía que solamente nos miraban con la esperanza de que nos pasase algo para así poder inventarse un nuevo rumor sobre mi grupo de amigos. Hace un par de años, éramos todos unas personas de mierda. Nos creíamos los mejores, nos gustaba la atención que toda esta gente nos daba y un rumor nuevo sobre alguno de nosotros era un logro nuevo para todo el grupo. Teníamos todos unas mentes muy cerradas. Cerradas y vacías. Pero, gracias a dios, poco a poco nos fuimos dando cuenta de todo el mal que nos hacíamos a nosotros mismos. Fue una decisión grupal: decidimos cambiar. Intentamos dejar de llamar la atención, pero no funcionó, la gente comenzó a inventarse rumores que no tenían sentido. La que peor lo pasaba era Kim, de ella se habían inventado de todo, por ejemplo: que tuvo un romance con un profesor. Podrían haberse inventado algo mejor, la verdad.

Lo que más me fastidiaba era que de mí no se inventaban nada. No porque fuese un santo (no lo soy), sino porque era el puñetero hijo del director. Tenían miedo a inventarse cualquier mierda sobre mí, porque no querían ser expulsados.

Cobardes.

Decidí dejar de pensar en este tipo de cosas malas y, mientras Liz y yo andábamos tranquilamente hacia los demás, me dispuse a admirar la maravillosa obra de arte que era la academia: era pura simetría, cada cuadro estaba perfectamente alineado, las columnas estaban dispuestas de una manera precisa y perfecta. Toda una obra de arte. Esta academia es el orgullo de mi familia.

Salí de mi trance cuando alcanzamos a Soul y a los demás. Una vez más mi amigo lucía poco simétrico y me dieron ganas de arreglarle ese cabello albino rebelde yo mismo. Pero como siempre, me aguanté las ganas. Había aprendido a controlar mi obsesión con la perfección y la simetría hacía un par de años, aunque a veces los ataques de obsesividad eran inevitables.

Soul le dio un beso rápido a Liz en los labios y todo el grupo suspiró con ternura. Todos, menos yo. Estaba feliz por mis dos amigos, llevaban años gustándose y por fin Liz se había armado de valor para pedirle una cita a Soul, el cual nunca se enteraba de nada y no era consciente de que sus sentimientos hacia Liz eran correspondidos. Estaba muy feliz por ellos. Pero yo no creía en el amor.

O al menos, no creía que el amor estuviese hecho para mí.

–Maka, Tsubaki.– levanté la cabeza al escuchar la voz de Liz llamar dos nombres que no pertenecían al grupo y pude ver a dos chicas delante nuestra. La primera era muy alta, de pelo negro y con unos ojos que expresaban amabilidad. Tsubaki, había escuchado hablar de ella, todos los rumores sobre ella eran buenos, supongo que su amabilidad era bien aceptada por las demás personas de aquí. La segunda me estaba mirando, mientras Liz y Tsubaki hablaban. Le devolví la mirada y para mi sorpresa ella no desvió la suya. Maka Albarn, la número uno de la lista de calificaciones de nuestro curso. De ella había escuchado peores cosas: algo sobre el divorcio de sus padres, creo recordar. Sus ojos verdes me seguían mirando, pude notar que se sentía incómoda. Me sonrió, y yo no pude devolverle la sonrisa. ¿Hacía cuánto que no le sonreía a una chica? Creo que dos años. Ella apartó la mirada de mí, pero yo la mía de ella no. Miré su pelo, hice una mueca: tenía el pelo recogido en dos coletas y una estaba unos centímetros más subida que la otra, rompiendo toda su simetría.

Enchanted (KidxMaka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora