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Jimin

La mañana no comenzó como cualquier otra, cabe recalcar que desde que despertó, todo se sentía fresco y relajante, al igual que como se sentía Jimin entre los brazos del Alfa, los cuales rodeaban su cintura de forma protectora.

¿Cómo terminaron así? Se preguntarán.

La verdad es que hay una buena y corta explicación para aquello. Luego de la última película que vieron en la sala, Yeonsang les pidió jugar con él en su habitación, sin embargo, él Alfa les ofreció ir a la suya ya que esta era más espaciosa y podrían movilizarse sin muchas complicaciones.

Ambos menores habían aceptado aquello, todo parecía ir bien, aún no sobrepasaba la media noche, por lo cual tanto Jimin como el Alfa dejaron que Yeonsang se divirtiera un poco más y así podría agotar hasta la última gota de energía que aún le quedaba.

Jugaron aproximadamente quince minutos más, el pequeño ya se notaba adormecido. El Alfa dejó que Jimin se encargará de Yeonsang en lo que el bajaba a calentar un poco de leche.

Lo hizo con calma, no tenía prisa en calentar la bebida blanquecina. Paso varios minutos abajo degustando lo que había preparado, en cuanto regresó a su habitación se llevó una grata sorpresa.

Sabía que tanto el rubio como su pequeño hijo se encontraban agotados, pero no como para caer dormidos en su propia cama y ocupar está sin medir el espacio que ocupaban.

Rió para sus adentros cuando observó la tierna forma en la que él Omega abrazaba a Yeonsang, mientras esté mantenía su boca abierta soltando pequeños ronquidos sin vergüenza alguna.

Ser niño era lo mejor.

La primera opción que le pasó por la cabeza, era dejar que ambos durmieran en su habitación y ocupar una de invitados, sin embargo, la que más tenía presente era acompañarlos en su relajante sueño y no creía que el rubio se molestaría por favor, ya que no era la primera vez que dormían juntos.

Así que sin perder el tiempo, se colocó uno de sus pijamas ligeros y se recostó al lado del rubio, dónde había un poco de espacio para que pudiera dormir cómodamente. Sonrió cuándo Jimin frunció su pequeña y respingada nariz para olfatear su aroma.

Sin dudas caía por el Omega cada que este hacia algo así de tierno en su presencia.

Y así fue que Jimin terminó durmiendo una vez más junto a Jungkook.

Abrió sus ojos aún adormecido, podía observar por la gran ventana como el cielo se encontraba más claro que el agua. Pestañeo un par de veces, recorrió con su mirada toda la habitación, no era la suya y tampoco la de Yeonsang, y aquel aroma solo le decía una cosa.

El Alfa se encontraba cerca, demasiado cerca.

Intentó incorporarse en la suave y cómoda cama, sin embargo, su cuerpo permanecía preso de unos brazos ajenos. Colocó su mano sobre la del Alfa para tratar de alejarla de su cuerpo pero lo que menos se esperaba era que el Alfa gruñera disgustado por aquello y lo apretara más contra su torso.

Jimin sentía que el aire ya no ingresaba correctamente, por lo cual volvió a repetir la acción de quitar el brazo del mayor, inconscientemente se le escapó un estornudo que hizo que el Alfa volviera a gruñir pero al mismo tiempo logró que despertara de su relajante y bello sueño.

El mayor suspiró profundamente el aroma del rubio antes de separarse de este.

—Creo que el frío de anoche te hizo mal—Musitó observando como Jimin volteaba a verlo.

—Solo es el cambio de estación—Aclaró Jimin—Suele pasarme siempre, no se preocupe por eso.

Jungkook sonrió asintiendo y comprendiendo lo que Jimin le explicaba.

[En busca de una Niñera]_KOOKMIN_Donde viven las historias. Descúbrelo ahora