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JungKook

Desde la altura podía apreciar las frías calles infestadas por personas, era algo sorprendente ver tanta gente caminando de un lado a otro tratando de llegar a tiempo a algún lugar o intentando conseguir un simple taxi.

Sin dudas Seúl, era una gran ciudad.

Con sus manos dentro de los bolsillos del pantalón salió de la oficina.
La calefacción podía sentirse en todo el piso, permitiéndole a los trabajadores quitarse sus abrigos para tener una mayor comodidad a la hora de realizar sus labores.

Ingresó con calma a la sala de reuniones la cual se encontraba llena, fueron los aromas de algunos Alfas lo que llegó a su nariz, causando que se mareara de forma repentina.

Algunos de los socios lo saludaron amablemente, con una sonrisa y reverencia al igual que él hizo con todos.

Ser Ceo de una empresa reconocida era bastante agotador.

Siguió su camino hasta tomar asiento al final de la mesa de juntas, su rostro serio demostraba cuan molestó estába y es que no era para menos.

—Buenos días señores—Saludó nuevamente entrelazando sus manos sobre la mesa de juntas—Debo suponer que saben de qué y por qué motivo se inició esta reunión.

El silencio reinaba en la habitación.

— Señor Jeon, yo me disculpo en nombre de mi empresa.

Uno de los alfas comenzó a hablar, sin embargo JungKook levantó su mano, acto que sorprendió a varios hombres frente a él.

—Sus disculpas no remedian nada en estos momentos.

Sus palabras habían sonado bruscas y duras, tanto así que él mismo se había sorprendido de el tono de su voz.

—Comprendo señor, pero de igual forma me disculpo con usted por los problemas que están ocurriendo con su empresa.

Jeon asintió cruzado de brazos, esperó unos segundos, finalmente volvió a hablar.

—Ya que nadie más va a decir nada al respecto—Con una carpeta en manos se levantó de la cómoda silla posicionándose frente a la pantalla de gráficos—Algunos de ustedes se encuentran en un graves problemas, gracias a su soberbia y prepotencia por ganar más de lo que sus trabajos y puestos les otorgan, han perdido todo aquello que les llevó tiempo ganar.

Nadie dijo palabra y eso le dió el espacio suficiente para seguir hablando  sin interrupciones.

—Señor Choi, desde que comenzó a hacer trabajos con mi padre logró crear su propia empresa, pero los años y la envidia lo segaron demasiado para darse cuenta que estaba perdiendo todo sin siquiera notarlo.

Sin ganas comenzó a trazar dibujos sobre la pantalla dónde se presentaban los gráficos mensuales.

—Señor Lee esperaba mucho más de usted, mi abuelo solía hablar mucho de su trabajo y rendimiento dentro y fuera de la oficina, decía que era uno de los mejores socios en la empresa y mire dónde se encuentra parado hoy en día, es increíble como todo y todos cambian con el tiempo.

Ambos hombres bajaron sus miradas avergonzadas.

Jeon sabía jugar con sus palabras y cuando se trataba de algo que realmente le importaba no dudaba en abrir su boca.

—Como sabrán sus problemas influyen mucho en mi empresa y no permitiré que por culpa de sus malas acciones y decisiones mis trabajadores paguen las consecuencias—Suspiró frustrado, era agobiante por lo que aquellos alfas le hacían pasar—Nuestro contrato fue muy directo, si alguno de ustedes trataba de hacer algo que perjudicara a la empresa estaría fuera de la corporación.

[En busca de una Niñera]_KOOKMIN_Donde viven las historias. Descúbrelo ahora