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Jungkook

La mañana dió inicio con el cielo azúl siendo acompañado de unas blancas nubes esponjosas. Adormecido alargó su brazo derecho, tomó su celular y apagó la alarma que con insistencia sonaba.

Fijó su mirada en la pantalla del aparato notando que faltaba media hora para que su horario laboral comenzara.

Soltó un bostezo antes de salir de su cama y caminó hacia el baño, se quitó su pijama y tomó una refrescante ducha para quitar cada gota de estrés que cargaba consigo.

Una vez terminó su baño, tomó una toalla y la enrolló en su cintura, salió de la ducha y cepilló sus dientes para luego proceder a secar su cabello. Minutos después abandonó el baño y fue directo hacia el armario, de dónde sacó uno de sus trajes negros.

Se lo puso junto a unos zapatos del mismo color y por último roció un poco de perfume en su ropa.

Revisó la hora en su reloj antes de escuchar ruidos prominentes de la planta baja.

Salió de la habitación y llegó hasta la de su pequeño notando que nadie se encontraba en ella y que la cama estaba hecha con unos peluches sobre las almohadas.

Confundido caminó hacia las escaleras y bajó por estas, cuando puso un pie en la sala un aroma llamó su atención.

Podía oler el exquisito olor a fresas con miel.

Con cautela se dirigió a la cocina deteniéndose en el umbral para observar detenidamente las acciones que su pequeño y Jimin hacían mientras preparaban lo que él suponía, era un desayuno.

Sonrió llegando a su lado, ninguno había notado su presencia parecían absortos en su labor. Tomó a Yeonsang por atrás sorpresivamente alzandolo y haciéndolo girar un par de vueltas, acto que hizo reír al pequeño. Sonrió bajando al niño, sus ojos recorrieron la isla, notando fresas picadas en pequeños cubos junto a unos waffles que parecían estar cubiertos de miel.

Esto se ve delicioso—Susurró para si mismo, pero ambos jóvenes a su lado escucharon sus palabras.

—Espero que sea de su agrado—Dijo el Omega dejando un par de vasos con leche sobre la isla.

Jungkook sonrió asintiendo.

—¿Cómo sigue tú pie?

Preguntó sirviéndose una porción de lo que Jimin había preparado en un plato.

—Oh, mucho mejor!—Sonrió —Al menos puedo caminar y mantenerme en pie por un rato.

—Es bueno escuchar eso, pero no debes forzarlo mucho y recuerda tomar las pastillas que te dí.

Jimin asintió sirviéndose el desayuno al igual que al pequeño.

Yeonsang comió con calma, lo que el señor Jimin había preparado sabia delicioso y estaba contento por qué él pudo ayudarlo a ponerle la miel a los waffles.

El Omega por su parte comía en silencio y no uno incómodo si no en un silencio agradable.

Faltaban solo minutos para que él quedará a cargo de Yeonsang y no es que fuera difícil cuidar del pequeño, si no que sentía ese pequeño nerviosismo que de a poco hacia su aparición.

Estaba tan absorto en sus pensamientos que no notó cuando el Alfa se levantó de su lugar y tomó a Yeonsang para despedirse.

—Jimin!—Llamó por quinta vez.

El Omega lo miró confundido.

—Lo siento ¿Que decía?

Jungkook rió bajo.

[En busca de una Niñera]_KOOKMIN_Donde viven las historias. Descúbrelo ahora