22 La puta ama es descubierta

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Capítulo 22

[Editado]

Alaia

Alek acaba de llamarme para que saliera con él. No me da tiempo de decir No porque era una orden.

Tuve que dejar a Hanna a cargo de los últimos preparativos de la gala de mañana.

Me encuentro conduciendo por la cuidad de Sicilia, tomo mi tiempo para llegar al apartamento.

Me permito admirar lo lindo que es estar aquí.

Llego a mi apartamento y tiro el bolso en el sofá, claro, después de cerrar la puerta con seguro.

Voy a mi habitación y me deshago de la ropa, amarro mi cabello en un moño. Ya desnuda voy a la ducha y, coloco el agua tibia.

Dejo que las finas gotas artificiales caigan por todo mi cuerpo. Dejo que mi mente se despoje de todo lo que me atormenta. La ducha fue un relajante para mi, por un momento olvidé mis problemas, me ovido de todo lo que me atormenta.

Espero que ésta cita no sea para nada malo. Aunque tengo una presión en el pecho qué me dice que esto no irá bien.

Es horrible vivir con ese miedo de que alguno de ellos se entere y esto salga mal, porque son los putos jefes de la mafia y de paso son mejores amigos, y, no me van a perdonar haberlos engañados de esa forma, y eso qué no se han enterado de donde vengo.

Hoy tiene que ser la noche que le cuente a Alek.

Pecadora.

Oh no vengas con eso, tú fuiste la primera que me empujó a hacerlo.

Mente traicionera.

Sacudo la cabeza alejando esos pensamientos qué tanto me mortifica.

Supongo que hoy debe ser una cita especial.

¿Qué te lleva a pensar eso?

Pues... que va a felicitarme por el buen trabajo que he hecho con la Gala.

¿Verdad?

En fin, mejor me visto.

Busco en el closet algo digno y elegante que ponerme.

Primero que nada me pongo ropa interior sexy.

Hoy follo.

Me coloco un vestido beige pegado al cuerpo, hasta más arriba de la rodilla. Tacones color rojo.

Me hago un maquillaje sencillo porque a Alek le gusta que me vea natural.

Ya arreglada me doy un último vistazo en el espejo.

¡Perfecto!

¡Divina!

Tomo mi celular e identificación. Salgo del apartamento en busca de mi auto.

Necesito urgentemente buscar otro lugar donde vivir.

Coloco el GPS con la dirección que me pasó Alek.

Pongo el carro en marcha a mi destino. Miro la hora y ya son más de las nueve de la noche, se supone qué tenía que llegar a las nueve.

Pero, adivinen.

Estoy perdida.

La dirección qué me envió me llevo a otro restaurante.

¡Joder!

Tomo mi teléfono del asiento del copiloto.

Lo desbloqueo.

Tengo un mensaje de Alek.

Triángulo Amoroso ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora