15 Sedúceme I

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Capítulo 15

[Editado]

Hanna.

Tengo a Víctor sentado frente de mí.

Traga grueso. Puedo notar su nerviosismo. Lo conozco tan bien que cuando pasa las manos muchas veces por sus muslos es porque está nervioso ¿por qué?.

El que no nada debe nada teme. —me dice mi subconsciente. —Y claramente él le teme a algo.

Me inclino un poco. Apoyo los codos en el escritorio.

—¿Dónde estabas, Víctor? —no quiero decirle de una vez lo de la mujer quiero que él tenga el valor de decírmelo.

—Buscando información de algo que me pidió Alaia. —asiento lentamente.

—Bien, y estos días, ¿saliste con alguien?.

—Hanna, ve al grano. —se inclina optando la misma posición que yo.

—Responde a mi pregunta, Víctor.

—Si quieres saber si he salido con alguna mujer la respuesta es no. —mentiroso. —Sabes lo que siento por ti, jamás te engañaría. —mentiroso x2.

¿Qué sientes por mi, Víctor? Tus acciones me dejan en claro que no sientes nada.

Tú cara de yo no fui me convencería si yo no hubiese escucha a la zorra esa.

—No seas mentiroso.

—¿Mentiroso? No te estoy mintiendo.

—Por favor. TE LLAMÉ Y ATENDIÓ UNA MUJER. —odio que mientan en la cara, pierdo todo rastro de sutileza y el enojo vuelve a mí.

—Se... seguro era alguien de... de limpieza. —tartamudea.

—TÚ NERVIOSISMO ME CONFIRMA TODO. LLAME Y ME DIJO "DEBES DE SER SU HERMANA ÉL ÉSTA DURMIENDO" —abre los ojos como plato, sabe que lo descubrí. —DIME, ¿QUÉ PASO EN REALIDAD? —doy un golpe a la mesa, Víctor se sobresalta, ya se dio cuenta que estoy muy enojada.

—Hanna no permito que me hables así a mí, -hace una pausa. –A mí que tú sabes muy bien quién soy yo. –suspira. –Pero, cálmate, puedo explicarlo. —pone los ojos en blanco.

—Te escucho. —me vuelvo a mi posición relajada.

—Hanna, ese día tomé demasiado estaba triste, no tengo a mis padres, no está Alaia y tampoco estas tú. Tú más que nadie sabes por todo lo que he pasado. —agacha su cabeza.

—Eso no es motivo para meterte con otra.

—Yo sé que no. —mira al techo y suspira. —Quizás con lo que te diga te pierda para siempre. Estaba solo en un bar no quise llevar a mis hombre y como estaba tan ebrio una chica se ofreció a traerme y... —pasa sus manos por la cara.
—No sé cómo terminó en besos y terminé acostándome con ella. —silencio, no digo nada. —Por favor no llores, no merezco tus lágrimas.

Paso mi dedo índice por mi mejilla y efectivamente estoy llorando, ni siquiera me había dado cuenta.

—DI ALGO, MALDICIÓN. —grita.

—¿Qué quieres que diga? Si, me duele. Pero, no soy quien para reclamarte, tú y yo no somos nada. —me levanto de la silla giratoria y camino hacía la puerta. Víctor se queda callado.

Toco el pomo de la puerta, estoy por girarla cuando habla.

—Te amo, Hanna. —quedo paralizada, no esperaba que dijera eso. Tengo que admitir que retumbó mi corazón. —Perdóname por favor.

Me volteo hacía él y reprimo una sonrisa.

Se levanta de su silla y camina hasta donde estoy. Estamos cara a cara.

—No digas algo que no sientes, no me sigas ilusionando.

—Shh. —coloca su dedo índice en mis labios. —Es la verdad. Desde que tenías diecisiete años me enamoré de ti, lastimosamente no pudimos estar juntos pero, ahora nadie nos lo va a impedir ¿verdad? –asiento.

Estoy sorprendida. No esperaba que él siendo tan poderoso estuviera enamorado.

—Yo también me enamoré de ti, no me importa de dónde vengas ni lo que eres.

—Perdón por eso. Ahora... —toma mis manos. ¿Quieres ser mi novia? Mierda me siento como un adolescente.

Jadeo de la impresión.

—Si pero, con una condición, que no vuelvas a follarte a otra mujer que no sea yo.

—Te prometo que no pasará.

Me toma de la cintura, acerca sus labios a los míos.Y me besa.

Es un beso cálido y dulce.

Nos separamos cuando nos falta aire.

Rompe mi blusa. Quedo en brasier.

Su mirada llena de deseo se posa en mis pechos. Sube la mirada a mis ojos.

Comienza a dar besos húmedos por todo mi cuello, succiona, muerde y lame. Baja por la clavícula hasta llegar a mis pechos. Desabrocha el brasier y los ataca duro, primero el izquierdo lo muerde tan fuerte que me arranca un gemido de dolor, lo pelliza y luego lo succiona fuertemente, termina con el izquierdo y hace el mismo proceso con el derecho.

Desciende su mano por mi abdomen y llega a mi pantalón, lo desabrocha. Mete su mano por dentro de la pantie, toca mi intimidad y siente la humedad.

Comienza a frotar mi clítoris sacándome jadeos. Introduce dos dedos en mi y comienza un mete y saca. Acerca su boca a la mía callando mis gemidos.

—¡Oh! Estás tan húmeda mi amor.

Continúa con trabajo pero, esta vez mete tres dedo. Con su dedo pulgar masajea mi clítoris llevándome a una nube de placer. Los gemidos cada vez son más fuertes y constantes, me importa un carajo si alguien pasa y me escucha.

—¡Ah, Víctor! Más rápido.

Muerdo su labio inferior en señal de que pronto llegaré. Mueve sus dedo más rápido, siento como mi vientre se contrae y en cuestión de segundos exploto en un increíble orgasmo.

Saca su mano de mi Pantie y lleva dos de sus dedos a su boca y lo chupa con ferocidad.

—Deliciosa como siempre. —me agarra del cuello y me besa con desespero, intento seguirle el ritmo pero me cuesta un poco por lo agitada que estoy.

Nos separamos para conseguir aire, bueno, yo más que él.

Él muy imbécil no está ni un poquito afectado o eso creo yo.

Pega su frente con la mía e intento regular mi respiración para que no vea lo tan afectada que estoy.

Deslizo mi mano por todo su abdomen por encina de su camisa, llego hasta su miembro y le doy un leve apretón puedo sentir su dureza.

—No me tientes. —me da un casto beso.

—¿Por qué no? Yo quiero que me folles como sólo tú lo haces. —hago un puchero en señal de inocencia.

—Si me lo pides así, entonces vamos. —me agarra de la mano y me saca de la oficina para llevarme a su cuarto.

Es tan perfecto.

Me encanta.

∆∆∆
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Triángulo Amoroso ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora