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Sintiéndose mucho más ansioso de lo que jamás admitiría, Seokjin ocupa asiento frente a Namjoon, obligándose a mostrarse sereno y para nada avergonzado ante la mirada reprochante que estaba recibiendo de este.

Cruza una pierna sobre la otra con elegancia y alza el mentón, proyectando una actitud orgullosa e impasible.

Si Kim Namjoon creía que lo podía amedrentar, estaba muy equivocado.

Si bien el castaño ya se había autosermoneado por el golpe bajo que le había propinado al más alto el día anterior, no es como si -en su opinión- no se lo hubiera buscado.

Lo único que lamenta era haber perdido la compostura que se supone debía mantener en todo momento, pero es que Namjoon se llevaba el mérito al más imbécil.

Mira que soltar aquel indeseable comentario justo después de besarlo era algo imperdonable.

Haciendo acopio de una serenidad que estaba muy lejos de sentir, pero que en aquel último año había aprendido a transmitir siempre que el momento lo ameritara, el bonito doncel es el primero en tomar la palabra.

--Quiero divorciarme. -sentencia con toda la firmeza que le es posible --Así que dejémonos de tonterías. -dice esto último con tono acusatorio dirigido hacia el de hoyuelos, quien se limita a observarlo durante un largo rato antes de abandonar su sitio tras el enorme escritorio.

Como acto reflejo, Seokjin también se pone en pie, maldiciendo internamente a su aún esposo por obligarlo a abandonar su postura serena.

Namjoon ladea una sonrisa burlona a la par que su ceja izquierda se eleva de manera soberbia. Da varios pasos al frente, eliminando así la distancia que lo separa de Seokjin y la cual este hubiera deseado mantener.

--Estás nervioso. -declara en tono bajo --Me recuerda a nuestra noche de bodas.

Con un bufido desdeñoso, Jin se escurre a un lado y luego se posiciona a un costado de la puerta --No acepté venir nuevamente a tu oficina para hablar del pasado, Namjoon. Y lo sabes bien.

Sin inmutarse ante el claro rechazo recibido, el de hoyuelos sonríe sin mostrar dentadura a la vez que asiente de acuerdo.

--Tienes razón. No te pedí venir para hablar del pasado, sinó de nuestro futuro.

--No hay un nuestro futuro. -le corrige y un sabor amargo se instala en su paladar --Voy a empezar el proceso de divorcio nuevamente y quiero que esta vez firmes los papeles.

Sin contestar nada, Namjoon retrocede hacia su escritorio y se recarga en este evitando mirar al castaño, quien sigue atentamente cada uno de sus movimientos.

Seokjin ya se disponía a hablar nuevamente cuando la declaración del adverso lo toma por sorpresa.

--Te daré el divorcio. -asegura mirando esta vez a los ojos a quien balbucea sintiéndose repentinamente contrariado.

"¿Así de fácil?" -se cuestiona el doncel.

No se suponía que debía doler así.

--Muy bien. -su voz, pese a no ser la intención, sale como un tenue susurro --Te enviaré los papeles para que los firmes en cuanto estén listos. -Seokjin pestañea seguido y se apresura a girarse con toda la intención de marcharse.

--Espera. -llama Namjoon antes de que logre abrir la puerta y el castaño maldice internamente puesto que su cuerpo parece obedecer más a las órdenes del adverso que a las suyas --¿No te das cuenta de que es una locura? -cuestiona tras hacerle girarse en su dirección, percatándose de lo dolido que lucía en ese momento --Tú y yo nos pertenecemos, Seokjin. -dictamina con vehemencia --No viniste a buscar el divorcio. No realmente.

Mi Terco Doncel 《NamJin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora