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Kim Namjoon es el heredero de Empresas Kim y el primogénito de una de las familias más ricas de Corea del Sur. Es un chico inteligente, apuesto y carismático con una personalidad fuerte, decida y competitiva que lo motiva a ir tras lo que quiere.

Pese a sus escasos diecisiete años de edad, es consciente de todas las responsabilidades que le esperan en un futuro cercano: Hacerse cargo de la empresa familiar, casarse, tener hijos y todo lo que se espera de alguien cuyo destino ha sido escrito.

Sin embargo, aún es joven y, como todo joven, por el momento prefiere disfrutar de las libertades que aún posee.

--Hey, Nam. -saludó uno de sus compañeros de clase --Los chicos y yo estamos planeando hacer la próxima fiesta en casa de Mark. Sus padres no estarán por una temporada.

--Jackson, amigo. Sabes que puedes contar conmigo, solo dime el día y allí estaré. -contestó, sonriendo en dirección al chico de origen chino que extendió su puño hacia él para realizar su habitual saludo.

--Hola, Namjoon. -saludó con voz coqueta Irene, una pelinegro considerada por muchos como la más hermosa de todo el instituto.

Nam le guiñó un ojo a la chica a la par que le brindaba su letal sonrisa de hoyuelos. Sonrió arrogante cuando esta se marchó visiblemente encandilada por su trato.

--Supongo que vas en busca de Yoongi y Hoseok, ¿no? -comentó Jackson, dedicándole una mirada burlona una vez dejó de observar descaradamente el trasero de la bajita.

--Sí. Para allá voy. -asintió para luego perseguir con su camino.

Caminó por los amplios pasillos hasta llegar a la cafetería donde sus dos mejores amigos; Min Yoongi también de diecisiete años y Jung Hoseok, primo del pálido y menor que ellos por dos años, se encontraban esperándolo.

--Hasta que por fin llegas, Namjoon. -dijo Hoseok, un apuesto joven de personalidad entusiasta y alegre, quien siempre poseía una radiante sonrisa en sus labios.

--¿Ya saben de la fiesta que habrá en casa de Mark? -cuestionó, sentándose en la mesa que compartían los dos primos.

--En serio, Jackson no se cansa de hacer fiestas. -dijo Yoongi, un azabache de piel realmente pálida y cuya personalidad era bastante seria y reservada.

--Supongo que no. -agregó Hoseok, encogiéndose de hombros.

--Vamos, somos jóvenes y pronto no tendremos tiempo ni para respirar. Debemos disfrutar ahora que podemos. -animó a ambos primos quienes, pese a que solían gustar bastante de las fiestas, algunas veces no mostraban la más mínima emoción por ellas.

--Yo paso, tengo una cita con mi cama esa noche.

--Ni siquiera sabes qué día será. -le reprochó al pálido mientras que su primo se reía por lo bajo.

--Olvídalo, Nam. Sabes que cuando Yoongi dice no, es no.

--¿Y qué tal tú? Sí irás, ¿verdad? -cuestionó en dirección al de sonrisa radiante esta vez.

--No lo sé. La verdad no estoy seguro. Esas fiestas de Jackson se ponen algo salvajes.

Namjoon bufó ante esa respuesta y observó a los dos chicos frente a él. Uno con los ojos a medio cerrar mientras reposaba su cabeza en su mano izquierda y el otro con una sonrisa risueña.

Ambos chicos han sido sus mejores amigos desde niños siendo que su primer acercamiento fue gracias a que los señores Kim y los Min eran socios comerciales.

Y pese a que cuando se conocieron apenas eran unos mocosos con personalidades e intereses diferentes, lograron congeniar de maravilla. Tanto así, que hasta el momento siempre se han mantenido unidos, ostentando una amistad sólida y sincera que casi resultaba envidiable debido a lo poco común que era encontrar amigos verdaderos en su círculo social, donde los intereses y el dinero eran lo primordial.

Mi Terco Doncel 《NamJin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora