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--No puedo creer que estemos a punto de graduarnos. -comentó Namjoon, entusiasmado ya que una nueva etapa de su vida estaba a punto de dar inicio y, a la vez, nostálgico debido a los cambios que esto implicaba --No sé, pero creo que voy a extrañar todo.

--Yo solo extrañaré mis siestas en las clases de la maestra Lee.

--Ya dejen de hablar de eso. -se quejó Hoseok antes de soltar un suspiro y bajar la cabeza --Mientras ustedes empezarán a vivir sus vidas como universitarios en el extranjero, a mí me quedarán dos años más de instituto.

--Ya hemos hablado de eso, Hobi. -Yoongi colocó una mano sobre el hombro de su primo --Cuando nos vayamos serás el único rey del lugar.

--Si, hermano. Solo disfruta de tu trono mientras llega tu turno. -agregó Nam, guiñando un ojo en dirección a su amigo.

--Para ustedes es fácil decirlo, estarán juntos. -replicó nuevamente.

--Y tú te reunirás con nosotros más adelante. -enfatizó con mayor ahínco y una sonrisa pícara pintada en el rostro
--Y te prometo que tu bienvenida será memorable.

Hoseok hizo una mueca ante el tono excesivamente sugerente con el que fue dicho lo último --¿Tienes que hacer esa cara de pervertido siempre? -cuestionó, adoptando una expresión molesta cuando el aludido solo sonrió con malicia --Dios, eres un cerdo.

Namjoon, a quien poco o nada le afectaba el insulto, se carcajeó con ganas. Siempre le había hecho gracia lo fácil que se escandalizaba el alegre chico cuando el dejaba salir a flote su lado morboso.

--Bueno, aunque te doy la razón en que este es un cerdo... -intervino el pálido sin dejar de caminar --Tambien hay que admitir su dotes para ligar. Las cuales, espero por tu bien, cachorrito, no se hayan oxidado en estos meses de abstinencia.

--No empieces a joder, Yoongi. -espetó, reflejando su sincero fastidio con el tema mediante una expresión adusta
--Yo no me entrometo en tus cosas, pero tú no dejas de fastidiarme con lo mismo.

--¿En serio otra vez van a empezar a discutir? -les riñó Hoseok --No sé cómo se harán sin mí allí para asegurarme de que no hagan sus idioteces.

--Serás engreído.

--No eres tan indispensable.

Se quejaron al unísono tanto Yoongi como Namjoon, por lo que Hoseok estalló en carcajadas que le ganaron varios gruñidos de parte de los mismos que rápidamente abandonaron su postura de indignación para negar divertidos.

Los tres continuaron su caminata acompañada de una plática amena y relajada. Namjoon, más que hablar, escuchaba atento las divertidas ocurrencias de Hoseok y las constantes falsas quejas de Yoongi ante el parloteo de este.

Definitivamente extrañaría ese tipo de momentos entre ellos. Aunque solo serían dos años y contaría con la compañía del pálido, echaría mucho de menos durante ese tiempo la vibra positiva y enérgica que siempre exhumaba el menor del trío.

--Bueno. -dejó de caminar cuando la conocida calle de la heladería estuvo frente a sí --Nos veremos luego chicos, ¿Seguro no vendrás hoy? -cuestionó esto último en dirección a Hoseok, recibiendo una negativa por respuesta.

--Tengo varias cosas que hacer hoy. -informó con una sonrisa de disculpa plantada en sus labios.

--Vámonos ya, Hobi. -le apuró su primo, reiniciando la caminata
--Luego haces de mal tercio y de niñero.

La sonrisa de Hoseok decayó por un instante, producto de la vergüenza. Rascó su nuca con incomodidad, maldiciendo internamente la facilidad con la que Yoongi decía verdades incómodas; porque sí, él era consciente de que su presencia salía sobrando, las miradas expresivas que le dedicaba Seokjin en algunas ocasiones se lo dejaba en claro, así como también sabía que, la única razón por la que el castaño lo toleraba allí era justamente por su disposición para cuidar del doncel menor, dándole a la pareja un rato a solas.

Mi Terco Doncel 《NamJin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora