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Seokjin mordió con saña su labio inferior, preso del nerviosismo que repentinamente lo atacó.

En serio iba a pasar. Estaba a treinta minutos de casarse.

¡Con Namjoon!

Llevó su mano hasta su pecho, como si de esta manera fuera capaz de tranquilizar su corazón. Luego, cerró los ojos y respiró profundo.

Se sentía algo aterrado ante el paso que estaba por dar.

Todavía le resultaba increíble que Namjoon insistiera en casarse aún cuando le había dicho que no había un bebé.

Tocó su vientre plano y suave por inercia. Un bebé suyo y de Namjoon.

"Algún día". -sonrió involuntariamente ante este pensamiento.

Era verdaderamente extraño, pero luego de que confirmara que no estaba en estado, un vago sentimiento de pesar se había instalado en su pecho.

Ni siquiera había tenido el valor de mostrarle los resultados de ambos tests al más alto, reservándose para sí mismo aquello pese a saber que este merecía saber al respecto.

Porque, para vergüenza de Seokjin, al final de su reconciliación el de hoyuelos había notado que ninguna de las pruebas de embarazo había sido usada aún, pero tuvo el tacto de no recriminarle nada tras notar su bochorno al verse descubierto.

Jin hizo a un lado el repentino pinchazo de culpabilidad que lo embargó.

¿Qué más daba si Namjoon no tenía la total certeza de que no iba a ser padre? Él mismo había dicho que se casarían de todas formas, ¿no? Entonces, el tema ya estaba zanjado. No había necesidad de volver a tocarlo.

La llegada de Taehyung interrumpió la línea de pensamientos de su hermano mayor, informándole que su trasporte ya había llegado.

Con una sonrisa afectuosa, el apuesto doncel agradeció a su menor y juntos se encaminaron hacia la salida, donde, efectivamente, un lujoso coche los esperaba. Jin ni siquiera preguntó de dónde había salido la limosina pues sabía que, tanto su hermano como los amigos de Namjoon, se habían encargado de organizar una boda un tanto más elaborada de lo que él quiso al inicio.

La limosina trasladó a los donceles y a la señora Kim hasta la oficina civil, en donde el de sonrisa de hoyuelos, junto a sus padres, aguardaba por el apuesto doncel para convertirlo legalmente en su esposo.

Luego, ambas familias se dirigieron hasta una pequeña capilla no muy lejos de allí, en donde los esperaban Hoseok, Yoongi y el padre encargado de darles la bendición divina.

A pesar de que Seokjin tuvo la intención de no ponerse sentimental, le fue imposible no derramar varias lágrimas tras dar el "sí, acepto".

Había sido una ceremonia realmente íntima y emotiva. Y, ciertamente, le había gustado bastante.

Ahora, se encontraba de la mano de Namjoon, mientras ambos se esforzaban por ejecutar correctamente los pasos del suave vals que resonaba en el salón.

¡Diablos! Al menos pudieron haberle avisado o algo. Un poco de práctica no le hubiera caído mal. Él no era precisamente bueno bailando y, para su alivio y consternacion, descubrió que Namjoon tampoco lo era.

Aún así, ambos continuaron ejecutando su baile, tratando de no darle demasiada importancia a los numerosos errores y constantes pisadas de pie.

--¿Te ha gustado cómo quedó todo? -cuestiona el de hoyuelos en un suave susurro mientras atraía aún más el delicado cuerpo adverso hacia el suyo.

Mi Terco Doncel 《NamJin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora