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El resto de la cena transcurrió en medio de silencios y una que otro comentario forzado. Si bien los señores Kim jamás se salieron de su papel de amables anfitriones, a Seokjin no le supuso mucho esfuerzo notar que algo había cambiado.

Luego de despedirse de lo mayores, Namjoon llevó al doncel a su casa donde este tuvo otro incómodo episodio con la señora Kim.

El castaño era consciente de que estaba siendo un incompetente en cuanto a la situación de su madre se refería. Esta demostraba cada vez más signos obvios de un desiquilibrio mental, dejando claro que necesitaba ayuda profesional.

El problema era que ella se negaba rotundamente a aceptarla.

Y en parte, el mismo Jin lo hacía.

Pese a todo, hasta el momento su madre era el ancla que evitaba que su pequeña familia se fuera al trasto.

***

Después de esa estresante noche, las cosas no parecían querer mejorar para Seokjin.

Sobre todo cuando la madre de Namjoon tomó la iniciativa de presentarse sin avisar ante su puerta, tras más de una semana de evasivas de parte del bonito doncel cada que esta le planteaba conocer al resto de quienes estaban supuestos a convertirse en su familia política.

Y, pese al intento de Jin de convencerla de que no era el momento indicado para una visita sorpresa, esta hizo oídos sordos a sus palabras.

Sospechando seriamente de las razones por las que Seokjin se resistía a permitirle entrar, se negó a irse, decidida a averiguar qué escondía el castaño.

La madre de Nam se adentró en la humilde, pero pulcra casa en total silencio, con Seokjin visiblemente nervioso tras ella. Con disimulo, la mujer inspeccionó el interior del lugar. Todo estaba limpio y ordenado.

La posibilidad de que el bonito chico quizás se avergonzara de sus orígenes humildes quedó descartada nada más fijarse en la decoración y los ajuares, los cuales, si bien no eran de primera mano, sí eran de muy buena calidad y denotaban que habían sido elegidos por alguien con muy buen gusto.

En difinitiva, era una casa bastante decente y bonita.

La dama se cuestionó, no por primera vez, qué era lo que escondía Seokjin.

Lastimosamente para ella, esta respuesta llegó cuando tuvo en frente a quien supuso era la madre del susodicho.

A primera vista todo parecía normal en ella, hasta que su frágil estado saltó a la vista a medida que los minutos pasaron.

Seokjin realmente no podría explicar en qué punto de la conversación su madre empezó a perder por completo los cabales, atacando verbalmente a la madre de Namjoon, acusando al más alto de aprovechado y exigiendo que resarciera el agravio causado.

A Jin le había costado un tremendo esfuerzo calmarla incluso luego de que la ricachona mujer se marchara.

Aún sentía bochorno por todo aquello. Y es que la elegante dama ni siquiera pudo disimular el horror y disgusto que le causó la situación.

¡Fue tan vergonzoso!

Ni siquiera sabía cómo la vería nuevamente a la cara.

Por suerte para él, con el pasar de los días se hizo evidente el nulo interés de esta en volver a verle a él o a su madre.

Hasta ese día...

Aquella llamada entrante de la señora Kim lo dejó por completo descolocado, más aún cuando le pidió verse en un restaurante en el centro de la ciudad.

Mi Terco Doncel 《NamJin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora