One Shot 7

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7. Más que una loquera

Jesse, tras haber pasado una temporada en la clínica de rehabilitación, llegó a conocer a Blair. Blair era una joven psicóloga que trabajaba junto al líder del grupo de Narcóticos Anónimos en Serenity, por lo que el rubio llegó a sentirse muy cómodo estando a su lado después de compartir largas sesiones de ambiente distendido. De edad similar, carismática y cariñosa, la chica de ojos miel se había ganado un hueco en el corazón de nuestro chico. Por ello, cuando Jesse se recuperó de su adicción, le azotó un golpe de realidad al percatarse de que no vería más a la psicóloga.

Un viernes más, el grupo de ayuda de Narcóticos Anónimos se reunía en una sesión grupal. El rubio, jugueteando con sus manos desnudas y la cabeza gacha, esperaba sentado a que la monótona charla comenzara. 

—Buenas noches a todos —habló el dirigente sujetando una carpeta azul en su regazo a la vez que cruzaba las piernas—. Quién quiere empezar hoy —prosiguió, observando al círculo de sillas donde los asistentes se miraban unos a otros a ver quién decidía tomar el turno de palabra. 

—Yo quiero empezar.

Las puertas se cerraron detrás de ella, causando que el grupo al completo se girase para posar los ojos en la joven de vaqueros y camisa que caminaba segura hacia el centro de la sala. El líder del grupo sonrió ajustándose las gafas, sin embargo, no fue al único al que se le iluminó el rostro pues, Jesse, no pudo evitar que sus ojos centelleasen y las comisuras de sus labios se elevasen mínimamente.

—Blair, creo que es mejor que te presente. 

—Puedo hacerlo yo misma, gracias Tony —contestó de forma ácida, pero siempre manteniendo un tono dulce y una sonrisa.  

La castaña tomó una de las sillas plegadas en un rincón de la vacía habitación y se colocó junto a su compañero. Mientras se acomodaba en el sitio, paseó libertinamente su mirada por los presentes, hasta que se topó con los ojos azules de Jesse, dedicándole una sonrisa compenetrada y un ligero asentimiento de cabeza.

—Hola a todos, mi nombre, como ya ha dicho Anthony —explicó gesticulando un ademán hacia el nombrado con el brazo—, es Blair. Soy psicóloga y voy a estar apareciendo por aquí de forma recurrente a partir de ahora.

—Hoy Blair no va a intervenir, solo quiere saber de vosotros para así poder ayudaros mejor —intervino el hombre—. ¿Quieres decir alguna cosa más? 

—No, podéis comenzar —apartó la vista de su compañero para posarla en el rubio—. Solo quiero añadir que me alegro de ver caras conocidas.

Jesse, después de aquella intensa mirada por parte de la psicóloga, no pudo aplicarse al completo en la sesión. La chica trataba de no posar la vista más de lo necesario en él, atenta a los participantes y a sus historias, pero le era difícil no sentirse observada por Jesse. La tertulia finalizó una hora después, cuando Anthony se despidió y los asistentes salieron del lugar por la única puerta.

Blair charló brevemente con su compañero antes de abandonar la sala como todos los demás, sacando de su bolso el paquete de cigarrillos que guardaba en uno de los bolsillos interiores del mismo. Colocando el cigarro en el extremo izquierdo de sus labios rojizos para tener libres las manos y así localizar el mechero con rapidez, una llama se acercó a ella apartándola de su labor.

Jesse, con una pequeña sonrisa amable y nerviosa, extendía su brazo tembloroso hacia el cigarrillo. Blair sonrió agradecida arrimándose al encendedor para prender el tabaco. 

—No esperaba volverte a ver —habló el joven una vez Blair expulsó el humo de la primera calada.

—Vaya, gracias —dijo fingiendo resentimiento—. Puedo irme ahora mismo si es lo que quieres.

Jesse Pinkman || One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora