One Shot continuación 7

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7.2. Mil demonios

A la semana siguiente de su reencuentro con Blair, Jesse se dirigía a la reunión del grupo con una alegría y emoción indescriptibles. Parecía un adolescente enamorado, y se esforzaba por controlar sus impulsos conforme se acercaba al lugar.

En cuanto divisó a la joven psicóloga caminar segura hacia el interior del edificio, tuvo que aclarar su garganta. Admiraba la profesionalidad y talante de la castaña; además, el vestido floral que lucía le quedaba de lujo, mostrando sus esbeltas piernas. 

—¡Buenas tardes! —sonrió la chica con una sonrisa de oreja a oreja, ya que estaba saludando a cada uno de los asistentes conforme pasaban el umbral de la puerta. 

Cuando llegó el turno de Jesse, el rubio se le adelantó aprovechando que se hallaba distraída charlando con una mujer mayor quien pertenecía igualmente al grupo de ayuda. Los ojos del chico viajaron desde el rostro angelical de la chica hasta su escote, donde era visible la suave y difuminada línea de elevación de sus pechos.

Jesse comenzó a notar su entrepierna calentarse, y no era nada apropiado para el momento, de modo que prefirió saludar por su cuenta a la chica para encaminarse rápidamente a una de las sillas ya dispuestas en círculo.

—Hola, Blair.

Pero, para su mala suerte, la castaña de cabello ondulado le tomó de la mano para evitar que se escapase. El tacto cálido y suave no hizo más que empeorar las cosas, ya que su mente quería volar a rienda suelta y no podía.

—No tan rápido, Jesse —rió tomando un trozo de papel y un bolígrafo para tendérselo al chico—. Vas a necesitarlos. 

Atinó a sonreírle amistosamente antes de tomar asiento al fin, en donde, evitando mirar a Blair más de la cuenta, consiguió calmarse. 

—Hoy haremos algo diferente —anunció Anthony, de pie junto a la castaña una vez todos habías llegado.

—Así es. Os he dado a todos un papel y un bolígrafo —prosiguió la psicóloga caminando alrededor de la circunferencia de sillas—. Quiero que escribáis en él por qué queréis manteneros sobrios, qué es lo que os hace seguir adelante sin recaer.

—¿Y si no sé por qué lo hago? —cuestionó uno de los asistentes, un hombre de barba larga y desaliñada.

—Entonces busca algo por lo que merezca la pena luchar —sentenció firme, pero curvando las comisuras. 

Todos los presentes anotaron en el papel sus propias ideas, doblando cautelosamente el folio para que los demás no lo leyeran. Jesse notó la falta de la presencia de Blair al alzar la cabeza, pero pronto la vió regresando mientras sostenía una caja de cartón decorada de una forma un tanto infantil. 

—¿Lo tenéis todos? —inquirió el jefe del grupo de Narcóticos Anónimos,

Los asistentes asintieron un tanto dudosos pues no sabían qué iban a hacer con eso. Blair pasó por delante, uno por uno, sujetando la caja pintada a mano, de modo que fuesen introduciendo por la ranura superior sus papeles de forma anónima.

—¿No vamos a leerlos? —preguntó la mujer que el rubio había visto en la entrada, justo en el momento en que Blair se encontraba frente a él aguantando la urna. 

Jesse Pinkman || One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora