Bajo Las Estrellas © [Terminada ✔️]

Capítulo 37

•Rubén

Ellos me veían con una sonrisa burlona en sus rostros. Tengo ganas de salir corriendo antes de que pase algo más, pero yo por experiencia propia se que eso solo empeorará las cosas.

Mi cuerpo temblaba, sentía como poco a poco la botella de plástico se me iba soltando de las manos poco a poco.

Y cuando menos me di cuenta ya se me había soltado.

Hank y Hugo comenzaron a caminar en mi dirección, yo estaba retrocediendo poco a poco, hasta que pise la botella y caí de espaldas contra el suelo.

Intenté levantarme lo más rápido posible, pero terminé sentando ya que Hank y Hugo estaban frente a mí, mirándome con burla.

—No has cambiado en nada.— dijo Hugo.

—Sigues siendo el mismo chico patético de siempre.— añadió Hank.

Quiero huir, quiero salir de aquí.

—¿Qué tal si nos divertimos como antes, eh Rubén?

Sentía el miedo recorrer por todo mi cuerpo. Estaba temblando, como si me encontrara en el polo norte, no puedo creer que después de todo aún sigo sintiendo este temor.

Los recuerdos de cuando me golpeaban se hacen presentes y eso solo empeora mi situación.

—Ya levántate, es hora de jugar.— dijo Hank. Me tomó por la camiseta, me levantó del suelo y me estampó contra la pared, —Escucha, no creas que porque ahora Ray está de tu lado no te vamos a hacer nada. Recuerda que nosotros somos dos y el uno, ya que si al menos tuvieras agallas podrían ser dos, pero solo eres una maldita basura en la vida de todos.

—Si, sólo eres un estorbo. Le harías un favor a todos si sólo te mueres.— Hugo soltó una carcajada.

Mis ojos empezaron a cristalizarse, no quería oír nada de lo que tenían pensado decir, solo quiero irme de una buena vez.

—¿Qué pasa, por qué no dices nada? ¿El ratón te comió la lengua?

Entonces recibí el primer puñetazo en mi mejilla izquierda por parte de Hank. Haciendo que caiga contra el suelo, trato de levantarme pero es inútil. El miedo y ahora también el dolor, están apoderados en mi cuerpo.

—Me toca.— dijo Hugo.

Se acercó a mí y me tomo del cuello, alzo su puño dispuesto a darme un buen puñetazo, pero alguien lo detuvo tomando su mano.

—¿Se puede saber que le están haciendo a mí amigo?

Mire a la persona que había detenido el golpe, abrir los ojos por el asombro de ver a Adam aquí.

—¿Y tú quien cojones eres?— preguntó Hank acercándose dispuesto a empujarlo.

Pero Adam fue más rápido y le dió un puñetazo en toda la nariz haciendo que retroceda varios pasos hasta que cae al suelo.

—Eso es por el moretón que le hicieron en la mejilla.— le dijo, luego miro a Hugo, él cuál todavía no me había soltado, —Y esto también.— lo pateó en toda la cara quitándomelo de encima.

Enseguida me tomo por un brazo y me ayudó a ponerme de pie, Hank y Hugo se levantaron, se pusieron uno al lado del otro. Veían a Adam con rabia.

—¡Maldito, no te saldrás con la tuya!—  gritó Hugo corriendo hasta nosotros.

—¡Espera Hugo!— le gritó Hank.

Pero el no estaba dispuesto a detenerse, Adam se puso en frente dispuesto a recibir el golpe, pero ya alguien más rápido le devolvió el golpe antes de darle.