Bajo Las Estrellas © [Terminada ✔️]

Capítulo 29

•Rubén

Ya ha pasado un buen rato desde que Eliza y Ana llegaron, y debo decir que ambas sinceramente son unas increíbles personas.

¿Recuerdan que Ana me odiaba? Era por el simple hecho de que siempre daba un aire lamentable, odiaba el hecho de que no hiciera nada con mi vida.

En otras palabras, ella no me odiaba en sí, sino que odiaba verme en un estado lamentable y no hacer nada con mi vida.

Loco, pero cierto.

—Pero debes entender que no todos corren con la misma suerte que Rubén, Ana.— dijo Natalia mirando a Ana.

Eliza y Ana han encajado perfectamente, o al menos en el rato que llevan aquí, se han llevado muy bien con Ray y Natalia.

—Lo sé, pero él era el único chico que iba a la biblioteca en ese estado. Lo que me hacía pensar: Si puede venir a leer, ¿Por qué no hace nada por seguir adelante?. De verdad, me hubiese gustado que lo hiciera desde un principio.— explicó Ana.

—Bueno, pero he de admitir que gracias a esa biblioteca es que ya no estoy en ese estado.— comenté y todos dirigieron sus miradas hacia mí, —Porque ahí fue donde conocí a Amy, y sino fuese por ella, aún estaría en esa casa con mi padre.— dije y enseguida sentí un dolor en mi pecho.

El simple recuerdo me hacía mucho daño, quisiera eliminar todos esos recuerdos. Pero después pienso, esos recuerdos a pesar de lo horribles que son, me hacen más fuertes cada día, me hacen ver hacia adelante a luchar por un futuro que desde hace mucho tiempo veía muy lejos.

—Pero ya estoy bien.— dije para calmar el ambiente, subí mi mirada y los observé con una sonrisa, —Ahora voy por el camino que desde hace mucho tiempo quería seguir.— exclamé con una gran sonrisa.

—¡Así es!— gritó Ray mientras pasaba uno de sus brazos por mi nuca y me abrazaba, —Y ahora mejor que nunca, ya que tienes nuevos amigos que te apoyarán en todo.

Reí, y los demás presentes hicieron lo mismo.

Después para conocernos mejor, comenzamos a contar anécdotas sobre nuestras vidas. Que la verdad yo no tenía mucho que contar, y supongo que los demás ya debían saberlo.

Eliza me sorprendió al decir que estaba a punto de ingresarse a la universidad, y lo mejor aún era que iba a ser en la misma de nosotros.

—Y posiblemente me toque estudiar con ustedes.— añadió mientras guiñaba un ojo.

—¡¿Hablas en serio?!— pregunté emocionado.

—Asi es.— asintió, —Aunque aún tengo que estudiar para algunos exámenes que me faltan, pero si los logro hacer a tiempo y saco una buena calificación, es muy posible que estudie con ustedes.

—Aún tienes tiempo. Nuestro curso está a punto de terminar, en un mes aproximadamente ya deberíamos estar iniciando el nuevo trayecto.

—Lo se, por eso me esforzaré para así en un mes, poder estudiar junto a ustedes.

Sentía una emoción muy grande al saber que había una posibilidad de que Eliza estudie con nosotros. No podía quitar la sonrisa de mi cara. Estoy muy emocionado.

De repente escuchamos como la rejilla se abre, todos automáticamente dirigimos nuestras miradas ahí, y vemos, cómo Yuli y Kenia entran con una bolsa de regalo cada una.

—¡Felicitaciones Rubén!— dijeron las dos al unísono y me abrazaron al mismo tiempo.

Agradecí, ambas me dieron un beso en ambas mejillas, al mismo tiempo. Yo creo que se pusieron de acuerdo.