Capítulo 10

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•Rubén

¿A esto lo llamaba humilde? ¡No me vengas con eso! ¡¿Entonces qué es mi casa?! ¡¿Un corral de cerdos?!

Bueno, me calmo un poco. Pero la expresión de sorpresa no se quita de mi rostro, Amy solo está allí viéndome con una expresión divertida en su rostro.

- Amy, ¡Tú casa es increíble! - expresé con una gran sonrisa, - ¡No puedo creer que de verdad vivas aquí!

- Jeje, pues si. Aveces yo tampoco me lo creo. - dijo algo... ¿tímida?

La miré ya que me pareció raro que hablara de esa manera. Estaba desviando la mirada hacia un lado, mientras tenía un pequeño rubor en sus mejillas.

¿Estará enferma?

Mis pensamientos de preocupación siempre son los primeros que vienen a mi mente. Me acerco a ella, me mira algo confundida. Termino por poner mi frente pegada a la de ella.

- Hmm, bueno, no tienes fiebre. - dije, la miré y está se puso más roja que un tomate, - ¿Segura que estás bien Amy?

- ¡Claro que sí idiota! - exclamó dándome un empujón, logrando que me separe de ella.

Eso me sorprendió, no pensé que reaccionaría de esa manera. Así que solo mire a otro lado, - Lo siento. - dije y ella me miró, - Lamento haberme acercado de esa manera, no fue mi intención hacerte sentir incómoda. De verdad lamento si te falte el respeto.

Era lo más lógico. Me acerqué a ella sin avisar y eso a ella la tomó desprevenida. Pude ver sorpresa en su expresión, inmediatamente comenzó a negar con la cabeza.

- Yo soy la que lo lamenta. No estoy acostumbrada a que chicos vengan a mi casa. ¡Y tampoco chicas! Lo que pasa es que... - se quedó callada durante unos segundos, me miró y tomó aire, - Jamás he sabido como tratar a un amigo una vez que visita tu casa. Así que... Bueno, ya sabes. - me miraba y desviaba la mirada.

Aún estaba sonrojada y hacia un leve puchero.

Me sonroje, y no se por qué. Tal vez es... ¡Por qué se ve muy tierna de esa manera! También empecé a desviar la mirada.

Esta chica era tan hermosa, que solo con verla provocaba que me sonrojara, si, hay unos escasos momentos en el que no sucede. Pero es por qué me siento muy cómodo hablando con ella, tanto hasta el punto de olvidar que es una diosa de hermosura.

Intenté cambiar de tema preguntando cosas al azar, - Y... ¿te gusta el helado?

¿Qué demonios acabo de preguntar?

Amy me miró confundida, no pude evitar desviar la mirada mientras sentía como mis mejillas ardían en vergüenza.

Entonces a los segundos Amy empezó a soltar unas pequeñas carcajadas. De seguro burlándose de mi intento de cambiar de tema.

Siguió, siguió y siguió. Hubo un punto en el que cual ya no aguante la vergüenza, - ¡Ya no te rías, no es gracioso! Solo lo hice por qué no quería seguir en esa situación incómoda. - dije mientras hacía un puchero viendo a otro lado.

Ella dejó de reírse a los segundos, la miré de reojo y aún tenía una sonrisa divertida en sus labios. Esos hermosos y rosados labios.

- Bueno, has hecho un buen trabajo. - dijo mientras comenzaba a caminar, - Ven, sigueme. Mis padres están en la cocina.

En ese justo momento mi mundo se detuvo.

- Mis padres están en la cocina.

Bajo Las Estrellas © [Terminada ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora