Capítulo 16

61 6 8
                                    

•Rubén

Ya han pasado varios días y aún no se nada sobre Amy, estoy preocupado. No me atrevo a ir a su casa ya que se perfectamente que sus padres no me quieren ver ni en pintura.

¿Como se que ya están en su casa? Hace un día fui al hospital a preguntar por ella, me había encontrado con el mismo doctor que me atendió. Me dijo que había despertado un día después de mi, duro unos días más y luego la dieron de alta.

Lo que me alegra saber, es que ya está despierta y estable. Es lo único que necesito saber, que ella este bien.

Desde ayer me he debatido sobre dos cosas: Uno, quedarme con ella a pesar de todos los problemas. Dos, alejarme.

Si, es estúpido después de lo que les prometi a los señores Hill, pero de verdad que no quiero volverla a verla en ese estado.

Pero el mayor peligro ya está encerrado entre rejas.

Cierto, ahora mi padre esta en prisión sin libertad condicional. Ahora estoy viviendo una vida normal con mi tía y prima. Ahora puedo descansar de todo lo que sufrí en aquella casa.

Pero... Siempre hay un pero. Ahora estoy en el auto con mi tía en dirección a la universidad. Y según me ha dicho tía, el rumor se regó por toda esta parte de la ciudad.

Ahora tengo que lidiar con las miradas y los nuevos comentarios que dirán sobre mi. Nunca me ha fastidiado el hecho de que dijeran que era pobre, un muerto de hambre o que tenía un padre alcohólico. Esos comentarios jamás me han molestado.

Pero estoy seguro que los comentarios sobre de que Amy casi muere por mi culpa me van a doler, y mucho.

Mi tía se detiene justo en la entrada de la universidad, miro a través del vidrio y suelto un suspiro, —No te preocupes Rubén.— dice mi tía, —Se fuerte, se que puedes hacerlo.

Yo la miré y le sonreí. Me despedí de ella dándole un abrazo y un beso en la mejilla, deseándole un excelente día.

Una vez que me bajo del auto espero a que ella arranque y me quedo viendo hasta ver que el auto se aleja hasta desaparecer de mi vista.

Dirijo mi mirada nuevamente a la universidad, tengo un vendaje en mi mano y antebrazo derecho, tengo una curita en mi mejilla derecha. Se verá obvio y confirmara todo lo que ocurrió.

Con el poco valor que tengo camino como normalmente lo haría en un día normal. Apenas entro todas las miradas se posan en mi. Siento mis nervios saliendo a flote, de inmediato acelero mi paso, quiero llegar al salón de clases y evitar las miradas de todas estas personas que no conozco.

Una vez que llego al salón, voy directamente a mi asiento, tomo lugar y cubro mi cara con mis brazos mientras los pongo en la mesa.

Demonios, esto será difícil.

Escucho como poco a poco los demás de esta clase entran, siento nuevamente como los nervios me vuelven a atacar. ¿Qué? Nadie se vuelve fuerte y valiente de un día a otro, no me juzguen.

Suelto un suspiro aún teniendo mi cara entre mis brazos. Estoy a punto de alzar la mirada, cuando siento que alguien me toca el hombro y me quedo quieto allí.

—¿Rubén?— esa voz. Alce mi mirada y alli estaba Natalia mirándome con sorpresa. Sonreí de lado, ella esbozo una gran sonrisa, —¡Si eres tú!— me dio un abrazo.

Cosa que me tomo de sorpresa, no supe como reaccionar, no tenía idea de que haría eso. Cuando nota que no hago nada me suelta como un rayo, tiene su cara sonrojada.

—Yo... Lo siento, es que estuve muy preocupada por ti.— nuevamente me sorprendo, ella lo nota y su sonrojo aumenta, —¡Quiero decir! Por ti y por Amy, todos saben lo que ocurrió.

Bajo Las Estrellas © [Terminada ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora