Capítulo 5

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•Rubén

Para asimilar todo lo que mi tía me había dicho, tuve que dormir en su regazo para calmar mi estado.

Fue una bomba todo lo que me había dicho. Se notaba que de verdad quería mucho a mi madre, no por nada era su única hermana.

Cuando me desperté, me encontraba en el sillón largo que había en su sala. Me levanté con dolor, gracias heridas. Mire por una de las ventanas y ya era de noche. Me sorprendí e inmediatamente empecé a buscarla por toda la casa.

En medio de la búsqueda apreciaba lo muy espaciosa que era la casa. En el primer piso contaba con una gran sala, sofás que dan mirada al televisor pantalla plana que tiene en la pared. Una cocina con todo lo que necesitas para hacer cualquier tipo de comida. Y un largo pasillo que daba a dos cuartos y un baño para huéspedes.

Bueno, ella no estaba en el primer piso.

Me daba algo de pena subir al segundo piso, ¿y si veía algo que no debo ver? Sólo la comencé a llamar, pero nadie me respondía. De seguro salió con Sofía. Ya que ella tampoco se encontraba por ninguna parte.

Fui camino a la salida, no sin antes dejarle una pequeña nota en la cocina prometiendo que volvería otro día. Desearía quedarme allí, pero no podía hacerlo, tenía muchas de mis cosas en mi casa, además de que no quería ser una molestia para ella.

Una vez que salí, fui directo a mi "hogar", esperaba que mi padre no estuviese allí, o si lo estaba, al menos dormido.

Abrí poco a poco la puerta, me asomé y en la sala no había nadie. Fui de puntitas a la cocina, tampoco estaba allí. Me quedaba ver su cuarto, la puerta estaba dañada y siempre estaba abierta, sólo una pequeña mirada, tampoco estaba allí.

Sólo quedaba mi habitación. Por amor a Dios, que no haya hecho desastres en mi habitación. Abrí la puerta con mucho cuidado, mire y no había nadie. Y todas mis cosas estaban como las había dejado.

No estaba en casa.

Solté el aire que tanto estaba conteniendo, entré a mi cuarto y le pase seguro a la puerta. Fui al colchón y me acosté. Me quedé mirando el techo recordando todo lo que me dijo mi tía. Mi padre le había dicho que había muerto, cuando yo ni siquiera andaba con ellos en ese momento y tampoco estaba en casa. Le conté lo que hacía en ese momento.

Flashback.

Era un dia lluvioso, estaba en la pequeña escuelita que me había inscrito mi mamá. Estaba anotando lo que escribía la maestra en la pizarra cuando de repente llaman al teléfono. Nos mira a todos con una sonrisa dándonos a entender que debía atender.

Yo seguí escribiendo, eran ecuaciones básicas de matemáticas. Aunque de verdad las necesitaba ya que los números no son mi fuerte.

Estaba tan concentrado que no me había percatado de que la profesora me estaba llamando.

- ¡Rubén, te estoy hablando! - exclamó.

- ¿Ah? - la mire, - Perdón maestra.

- No te preocupes, tu padre dijo que después de la tormenta venía a buscarte.

- Ok. - y seguí en lo mío.

Después de una hora, la tormenta por fin había cesado y yo había entendido la mayoría de las ecuaciones. Estaba feliz, ya quería decirle a mi mamá todo lo que había aprendido.

Después de media hora, llegó mi papá, estaba todo empapado y había algo extraño en él. Estaba mirando mucho el suelo y sólo hacia muecas en vez de sonreír. Además de que me pareció raro que no llegó con mi mamá, siempre venían juntos a recogerme.

Bajo Las Estrellas © [Terminada ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora