Bajo Las Estrellas © [Terminada ✔️]

Capítulo 35

•Amy

Ya ha pasado un mes desde que empeze de nuevo a asistir a la universidad. Todo por ese lado ha estado muy bien.

Volví a verme con Rubén diariamente, nuestro grupo de amigos y amistad se ha fortalecido mucho más que antes.

Pero, recientemente todo en la casa ha sido un total desastre. Y todo desde el día en que me quedé en la casa de Rubén.

Al día siguiente mi madre había hecho un gran escándalo, y todo porque mi padre me llevo a festejar el cumpleaños de mi amigo de ojos esmeralda.

FLASHBACK.

Íbamos llegando a la casa, apenas mi padre abrió la puerta de entrada, pudimos ver a mi madre con los brazos cruzados y una cara de pocos amigos del otro lado.

—¿Sé puede saber dónde andaban?— preguntó furiosa.

Me imagino que nos estará hablando a mí y Adam por no llegar a casa anoche.

—Los tres desaparecen sin dar señales de vida y me dejan aquí como una estúpida.

Espera, ¿Los tres? Osea... ¿Que papá nunca llegan a la casa tampoco?

Mire a mi padre confundida, el solo sonrió nerviosamente.

—Mamá, yo— intenté hablar pero mi padre se me adelantó.

—Estábamos celebrando el cumpleaños de Rubén.— dijo claro.

En de vez de mejorar las cosas al parecer empeoraron. Ya que con el solo hecho de mencionar su nombre su rostro cambia a uno e horror y desagrado.

—¿¡Cómo se les ocurre!? ¡¿Y por qué no me dijeron nada?!— empezó a gritar.

—Porque sabíamos que te ibas a poner así.— le respondí.

—¡Tú te callas Amy!

Me quedé callada. Lo último que quiero es confrontar a mi madre, en serio, en estos momentos lo único que quiero es estar en mi cama y dormir.

—No le grites a Amy, ella no tiene la culpa.— me defendió mi papá.

—Tienes razón, ¡La culpa es tuya!— ahora lo acusa a el, —Sino fuese por ti, Amy no tendría ningún contacto con ese muchacho, pero no, como la tienes toda mimada y malcriada, mira como la tienes.

—¿¡De qué demonios me estás hablando!?— preguntó confundido.

—¡Casi muere Antonio! ¡Nuestra única y querida hija casi se nos muere!

—¿Por qué tantos gritos?— dijo una voz saliendo desde la cocina, miré y era mi tía.

Mi madre la miró con furia y enseguida ví como se asustó. Rápidamente sin pensarlo dos veces ella se metió de nueva a la cocina, no sin antes de hacerle una seña a Adam para que fuese con ella.

Mi primo, inmediatamente fue hasta ella. Mi mamá miraba con furia tanto a mi padre como a mí.

Me sentía diminuta, pues es la primera vez que veía una expresión tan furiosa en su rostro.

—Sé por el peligro que pasó Amy, Jessie. Pero ahora ella está bien, además, Rubén es un buen chico. ¿Cuándo vas a entender que él no tiene la culpa de lo que le pasó a nuestra hija?— hablaba mi padre muy calmado.

—Tú eres el que no lo entiende Antonio. Sino fuese por ese chico, la vida de Amy jamás hubiese estado en peligro.— respondió mi madre con frustración.

Nadie la apoya, pero es por qué su idea sobre lo que pasó está muy errónea.

—Mamá.— hablé, pidiendo permiso para hablar, ella me miró y asintió, —Sabes que todo lo que pasó fue gracias a mi decisión. Yo decidí ayudarlo, y es porque... ¡Es el primer amigo de verdad que he tenido!