Capítulo 28: Culpa aceptada

1.2K 101 3
                                    

-¿En serio Cameron te dejó encerrada ahí? -Lauren aún no podía creer lo que le decía en la hora de almuerzo.

-Así es. Pero no importa, ya se veía venir algo así. -Comí un poco de mi gelatina.

-Y yo que tenía buena imágen de él. Pero cuando lo vea, no se la va a acabar. -Espetó, Lauren tomando un sorbo a su té helado.

-No te preocupes de eso. Chicos van y vienen... Además de que conocí a uno de los primos de Cameron.

De no ser por que Lauren tiene "modales" ya me hubiera escupido el té que había bebido segundos atrás.

-¿Y cómo es? ¿Es igual a él? Lo dudo porque viendo el tipo que es Nash y teniendo que admitir que Cameron no está nada mal, pues a lo mejor el tampoco.

-¡Exacto! Él fue quien me sacó de ese contenedor y me invitó a pasar a la casa sin que nadie me viera. Sinceramente si fue lindo; incluso jugamos un videojuego.

-¿Y Cameron que hizo al respecto?

-No le dirigí la palabra más que para decirle la pura verdad y después, Matt me sugirió acompañarme y llevarme hasta mi casa. -Vi el reloj de mi celular y estaban a tres minutos de que sonará el timbre de la escuela para la siguiente jornada.

-Ojalá pudiera conocerlo. -Lauren empezó a guardar sus cosas en su bolso.

-Ni creas que eso tomará mucho tiempo. -Ambas nos dirigimos a los botes de basura a tirar lo que no hacia falta.

Y después de un minuto timbraron.

***

Cameron.

¿Pero en qué rayos estaba pensando cuando deje a Camila allí?

Tampoco sé porqué estoy pensando en eso ahora.

Tal vez fue el hecho de que Matt me hubiera regañado ayer. Bueno, no fue regañada pero si fue platica seria.

Y lo peor es que él tenía razón.

¿Porqué? Fácil.

En primer lugar, Matt me había aclarado que ninguna mujer en su santo juicio merecía la situación por la que había pasado Camila.

En segundo lugar, tomó en cuenta que Camila es una mujer maravillosa, inteligente y bondadosa. Y con menos razón se merecía eso. Además de que Matt señaló que yo no había hecho nada parecido en toda mi corta vida. Pero... hay algo que si me hizo reflexionar.

Me estoy volviendo igual que mis padres. Engreídos, orgullosos... y ni siquiera sé el por qué.

Pero algo si tengo bien claro.

Aquel momento en que vi a Camila en el puesto de su papá, sonriente de la vida, sin complicaciones. Hermosa en general.

Jamás había conocido a alguien con esa actitud.

Camila era de esas chicas que te hacían sentir bien tanto en los buenos como en los malos ratos. Ella era tan perfecta que hasta cuando se enojaba se veía muy linda. Pero Matt tiene razón; no quiero seguir lastimándola sabiendo que mi mamá y probablemente mi papá no la aceptarán por el simple hecho de ser la hija de aquella mujer que mi mamá tanto envidiaba -si es que se puede decir así.

Pero debo ser consciente ante esto. Con todo esto que estoy diciendo, quería alejarme un rato de ella para ya no lastimarla. Pero yo no lo quiero así.

¿De qué me sirvió haberle hablado si de cualquier manera le iba a dejar de hablar?

¿De qué me sirvió quedarme con ella aquella "noche de películas" si de cualquier manera me iba a alejar de ella?

Simplemente no puedo y no me lo perdonaría.

No me perdonaría el verla con otro chico hablando en la escuela. No me perdonaría que meses más adelante vaya tomada de la mano de ese mismo chico. No me perdonaría verla sonriendo por ese chico sabiendo que no soy yo. No me perdonaría verla en restaurantes juntos y riendo.

Pero sobre todo, no me perdonaría el que ese chico sea mi primo Matt.

Lo digo por que si Matt me mencionó todo eso aquella noche fue por algo.

Matt siempre tiene que quedarse con nas chicas que me agradan.

Recuerdo que una vaz, hace dos años, Matt había conocido a la chica que me gustaba. Hasta eso, éramos muy unidos él y yo. Rara vez era la que venía Matt con su familia, así que esa vez que vino, la aproveché para enseñarle a Abby, una chica un año mayor que yo, pero más que nada, la chica de la que me enamoré. Matt dijo que era buena chica y me recomendó salir con ella, ya que en aquél tiempo, era más tímido de lo que se pensaba en mí.

Mucho tiempo me estuvo insistiendo que la invotara. Jamás le hice caso por que no era capás de dirigirle la palabra.

Días después, vi en el Instagram de Abigail, una foto que tenía a lado de Matt. Me enojé tanto que en ese mismo rato, fui a la habitación de Matt y comencé a darle de golpes en donde cayeran a él. Matt me preguntaba que porqué lo hacía.

-¿Eres o no el que aparece a lado de Abby en esta foto? De MÍ Abby. -le grité aquél día.

-Yo la encontré en el parque de enfrente, le pregunté si te conocía y empezó a hablar conmigo. De un rato a otro, sugirió que nos tomáramos una foto. A mí no me agradó la idea, pero ella insistió.

-Eso no es una buena excusa para habertele acercado a ella cuando en realidad sabes que me encanta ella... O bueno, me encantaba.

-Disculpa, pero esa no había sido mi atención. Y si te hace sentir mejor, no le volveré a hablar a ella.

-Claro que no le volverás a hablar, porque por mi parte, no te volveré a contar nada de mí. Puedes quedarte con ella, que mujeres hay muchas.

Matt se disculpó por una semana conmigo pero jamás volvió a hacerme preguntas de ¿quién me gustaba? O, ¿qué pienso sobre tal chica? Y aunque él trataba de dirgirme la palabra desde internet, nunca le volví a tener la misma confianza.

Así que Matt, este juego no te lo pienso regalar.


El niño de mi infancia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora