Capítulo 18: Vieja fotografía

1.2K 105 1
                                    

Cameron y yo decidimos comer, pues una hora había pasado ya desde nuestra plática acerca del conducir y de nuestros amigos de la infancia.

Cameron y yo habíamos preparado "Alfredo's pasta" con pollo. Me arrepiento de no haber conocido este delicioso platillo. La verdad, es lo mejor que ha probado mi paladar. Cameron es un maestro de la cocina.

-Y... ¿te gustó?

-¿Bromeas? Es el mejor platillo qué existe en este planeta. -Cameron soltó una carcajada ante mi respuesta.

Probablemente fui muy exagerada al decirlo, pero no encontraba las mejores palabras para descibi lo delicioso que era la pasta.

Cameron me estaba presumiendo acerca de sus clases obligatorias por su mamá de cocina. Mencionó que su mamá suele meterlo a clases ya sean obligatorias o porque Cameron desea entrar. Estuvo en karate, cantó, se enseñó a bailar un baile de salón y Break Dance, actuación, y todo esto pasó en 18 años de su vida.

Quedé impactada acerca de esto que no estuve muy segura de lo que me había dicho y a Cameron no le quedó de otra que enseñarme lo bien que le enseñaron a él en sus clases de cocina.

Y henos aquí.

-¿Enserio te enseñaron a cocinar esta pasta de dioses? Ni yo puedo hacer esto.

-Mi hermana y yo solemos hacer a veces platillos que se nos ocurren. Me acuerdo que este platillo me lo encargaron de tarea. Tenía que hacer un platillo extranjero. Creéme que a los diez años no hay tanta imaginación para hacer esto. Mi hermana Sierra suele agarrar el gusto por la comida y ella ha viajado mucho, entonces me dio la idea de hacer esto y creo que es mi especialidad.

-Pues mis felicitaciones a ti y a tu hermana -Le dije aún con comida en la boca.

-Gracias. ¿Sabes? Creo que deberías conocerla algún día. Estoy seguro de que le agradarás. -Yo me sonrojé ante tal comentario.

-Pues gracias. -Agradecí.

Cameron y yo terminamos de comer y después, levantamos los platos. Cameron se pusó terco, pues él quería lavar los trastes como acción de "caballero". Estuvimos peleando durante 15 minutos hasta que no me quedó de otra más que aceptar y dejar que Cameron los lavará.

Cuando Cameron terminó, nos despedimos y Cameron aseguró de que me llevaría a conocer a su hermana Sierra. Yo gustosa accedí y Cameron se marchó sonriente.

Me subí a mi habitación y me puse a hacer la tarea de francés y literatura que me habían dejado el día de hoy. Terminé y pude ver que ya eran las 6:00 pm. Se iba el tiempo rápido. Guardé mis libros, me duché; cuando salí me sequé el pelo y después me dormí siendo ya las 9 de la noche.

Antes de dormir, me percaté de que aún conservaba la fotografía de mi mejor amigo Cameron dentro de un baúl guardado en el garage. Aún seguía preguntándome de qué habrá sido de él, así que fui allí a donde me dirigí. Al principio batallé en encontrar el baúl de recuerdos. El garage estaba tan tupido de cajas qué no me quedó de otra más qué desordenar estás. Había mucho polvo, lo cuál me producía toser a cada momento. Después de un rato, encontré la caja. Sonreí hacía el baúl que ahora estaba enfrente de mí. Lo abrí con desesperación y allí encontré millones y millones de fotografías viejas.

De mi familia en navidad, en Pascua, el día de Gracias, Halloween, año Nuevo.

De mi mamá.

Las lágrimas no tardaron en salir. Sabía que mi mamá tenía varias razones para poder convertirse en mi ídola.

Y aún lo seguía siendo.

No quise ponerme melancólica, y no es que no me guste demostrar mis sentimientos, pero no quisiera recordar a mi mamá de una forma triste.

Seguí revolviendo el baúl, y encontré la foto que quería.

-¡Oh dios mío! No puede ser.

El niño de mi infancia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora