Capítulo 23: Guapo y desconocido

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Ya eran las 7:30 de la tarde y ya habíamos llegado a la casa de Cameron, más bien a la gran mansión de Cameron. Era tan grande pero no de un tamaño también exagerado.

-¿Te gusta lo que ves? -Estaba tan embobada con la casa de Cameron que perdí la noción del tiempo.

-Es muy grande tu casa. -Mencioné.

-Lo sé; sólo espero cumplir un año más y tendré mi propio apartamento. -Añadió con algo de emoción.

-¡Genial!

-Bueno, vamos a pasar. -Me tomó por la cintura, yo sólo me sonrojé.

Cameron abrió la puerta para que yo pasara primero que él. Al entrar, me maravillé más en la casa. Lucía más hermosa por dentro que por fuera. Habían muchos adornos en la casa, muchos recuadros en las paredes y la pintura de éstas la hacían lucir como si de la casa de algún presidente se tratará.

Cuando entré, pude ver a muchas personas que tomaban bebidas probablemente no alcohólicas, niños jugando tanto adentro como afuera de la casa; lo único que tenían en común todos era que vestían muy elegantes como sí hubieran salido de la misma oficina. ¿Y yo? Con un vestido informal.

Nunca encajo.

Cameron me guió de la mano a donde era la cocina. Ahí pude divisar a una señora bien vestida y a un hombre también.

-Mamá, ¿puedes venir? -Escuché que Cameron le dijo a su mamá de cerca. La mujer asintió y su mamá llevaba una enorme sonrisa.

-¡Hola! -Saludó la mamá de Salero sin siquiera conocerme.

-Mamá, ¿recuerdas a Camila? ¿Mi compañera de la primaría? -La mujer asintió-. Pues aquí esta ella. -La sonrisa de la mamá de Cameron desapareció.

-Mucho gusto verla de nuevo señora Dallas. -Dije sonriente. Aunque en realidad, nunca la vi de cerca antes.

-Igualmente. Cameron, ¿podemos hablar? -Cameron accedió y los dos salieron de la cocina.

Yo me quedé pensativa, ¿acaso no le dio gusto a la señora Dallas volverme a ver? ¿Qué tenía de malo yo? ¿Acaso traigo comida entre los dientes? Lo dudo mucho, ya que me lavé los dientes después de comer.

Cameron.

-Si te dije lo que había pasado antes con ella y su mamá fue para que te alejaras de ella. No para que estuvieran más cerca.

-Mamá, desde antes te había dicho que ella no tiene la culpa de lo que su mamá te haya hecho. -Había olvidado que Camila me habló todo lo que pasó entre mi mamá y la de ella.

-Al parecer ella te contó lo que sucedió, ¿verdad? -Por alguna extraña razón, mi mamá nunca quiso decirme lo que había pasado. Probablemente por que la que tenga razón es la teoría de la linda Camila y no la de mi mamá.

-Tal vez, ya que alguien nunca me lo dijo.

-Cameron, no quiero hacer algo de lo que me arrepienta después con ésa muchacha, así que es mejor que te la lleves de aquí, ¿sí? No hará nada más que arruinar a la familia.

No me dio tiempo de seguir discutiendo con mi mamá, ya que ella siempre tiene que tener la razón de alguna manera. Pero de ninguna forma sacaría de aquí a Camila. Su la traje aquí fue por que quería arreglar todo, no para empeorarlo.
Tenía una grandiosa idea.

Camila.

Cameron se acercó a mi que al parecer fue después de hablar con su mamá.

-Camila, ¿me puedes acompañar un rato al jardín trasero?

-Hum... claro. -Me asusté.

¿Qué tal si me dejaba abandonada? O no sé, en este momento me volaban en mi mente cientas y cientas de cosas. Cameron había dicho que su mamá me recibiría bien y que yo sepa, esta no es una buena manera de recibir a las personas... ¿O sí?

Llegamos al jardín trasero de Cameron que como me lo imaginaba, también lucía bien al igual que la casa. Cameron me siguió guiando hasta donde estaban los contenedores de basura.

-¿Sucede algo? -Pregunté sin más que dudar.

-No nada.

Cameron se acercó a vaciar un conyenedor de basura en su totalidad. Y yo seguía sin saber qué sucedía.

-¿Puedes meterte a uno de estos? -Habló Cameron cuando la basura yacía tirada en el suelo.

-¡¿Qué?! ¡¿Estás loco?! -Grité yo sorprendida y enojada.

-Sólo unos minutos, por favor. -Cameron puso cara de esas a las que no puedes decirles que no.

Sonriente contesté:

-Esta bien. -Y acto seguido entre en uno de los contenedores de basura.

"Sólo hay que ser positiva y es todo".

***
Cameron.

Dejé a Camila en el contenedor de basura, ya que -además de que nadie los usa-, esperaría a que se fueran los demás miembros de la famia. Así podríamos hablar bien con mi mamá sobre esto. De ninguna manera iba a dejar así las cosas.

En primera porque Camila no tiene nada que ver con los problemas de nuestros padres.

Y en segunda, si quería estar con Camila, sería bien. Me refiero a que no me quería esconder de mi mamá cada vez que la quiera invitar a la casa a comer, o si vamos de salida y mi mamá esté cerca.

-¡Cameron! -Escuché que alguien me llamó-. Ven acá muchacho, tanto sin vernos.

Diablos tío Lucas, ahora no.

No es que no quiera a mi tío adorado Lucas, pero él es de esos familiares a los que no le puedes cortar la platica, si me quedo con él, será mejor que me olvide de Camila.

Lo cuál, no quiero.

Pero por otra parte, si no hago nada en la fiesta, será sospechoso, ¿no?

No me quedó de otra más que ir con mi tío a tener una enorme charla.

Camila, no te desesperes, pero esto puede tardar.

Camila.

Ya había pasado casi media hora desde que Cameron me había dejado en este maldito contenedor de basura y no veía el momento en el que me sacara de aquí.

Hasta que alguien abrió el contenedor y estaba apunto de tirar unas latas de refresco.

-No, no, no, ¡espera! -Dije apresurada.

-¡Cielos! ¿Quién dijo eso? -Por lo que escuché, supuse que era un hombre.

-Yo.

"Claro, bien contestado Camila".

-¿Qué haces aquí? Digo, si se puede saber. -Me preguntó mirándome desde arriba.

-Sólo... estaba buscando mi lente de contacto.

"Y otra vez, la regaste Camíla."

-Claro que no, ví como Cameron te traía acá. Ven acompañame.

El chico me ayudó a salir y seguidio de esto, se quitó la sudadera que traía puesta y me la puso a mi.

-Gracias. Y, ¿cuál es tu nombre?

-Matt, bueno, Matthew Espinosa.

El niño de mi infancia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora