Capítulo 21: Triste recuerdo

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Los últimos minutos de clase se me fueron tan lentos. No quería apresurarme a hablar con Cameron, pero tampoco quería tener que estar mal con él.

Ahora me encontraba a un lado de un árbol esperando a Cameron para tener nuestra "charla de reconciliación".

-¿Segura que no quieres compañía? -Lauren seguía insistiendo en quedarse conmigo en algún dado caso que la necesitará.

Así es, le había comentado todo lo que pasó el día de ayer. Claro que por parte de Lauren recibí apoyo y palabras de aliento. Si mencionar que le conté también lo que pasó en la clase de deportes con las Jenner, a lo que Lauren reía de ellas.

-Sí Lauren, estaré muy bien. Sólo será una charla para que quedemos bien. O un intento de eso. -Respondí.

-De acuerdo, te dejo. Cuando llegues a casa, me contarás todo. -Asentí y Lauren se marchó aún con actitud preocupada. Lo notaba por su expresión.

Pasaron 15 minutos desde que se fué Lauren y yo ya me desesparaba. No veía a Cameron llegar.

Cuando pensaba que Cameron no llegaría, pasó todo lo contrario y él llegó.

-Perdón por la tardanza linda. Estaba hablando con el entranador de fútbol americano.

-Descuida. -Traté de sonar algo desinteresada.

"Por dios mío. Camerón me llamó linda. ¿Cómo no estar emocionada".

En este momento quería saltar en el techo de la escuela y gritar a los cuatro vientos: ¿Escucharon? Cameron me ha llamado linda.

"Muy bien Camila, no caigas, acuerdate de lo que pensamos acerca de los elogios por parte de los chicos".

Vuelvo a la realidad.

-Ahora sí, ¿de qué querías hablar? -Pregunté para romper el hielo en este momento.

-Creo que es obvio. Quiero saber ¿qué pasó contigo todo el día? Ayer estábamos bien y hoy... ni un "Buenos Días" por tu parte.

-Ayer... -Dije con mi voz entrecortada. -¿Recuerdas que dijiste que tu también tenías a una amiga llamada Camila? -Cameron asintió-. Yo... soy ella.

Al parecer, Cameron no lo tomó tan enserio. El rió después de lo que le comenté.

-Claro que no. Tú no eres ella.

-¿Porqué no me crees?

-Ella era diferente. -Se quebró su voz.

-Diferente, ¿de qué forma? -Le pregunté.

-No lo sé. Ella era algo especial. Única. Tú no puedes ser ella y ya -Cameron sonaba algo triste; tal vez molesto o desepcionado. No lo tomó cómo yo creí-. ¿Cómo sabes que tú eres ella? -Saqué la foto que me había encontrado ayer en el garage de mi casa.

Cameron la tomó con el ceño fruncido. Al ver la fotografía que tenía entre sus manos se sorprendió. Es como si un fantasma estuviera en la fotografía.

-¿Dónde la encontraste? -Fue lo único que Cameron pudo pronunciar, o más bien, preguntarme.

-Estaba en una caja situada en mi garage. Sabía que un Cameron que vivía en la ciudad misma que yo era mucha coincidencia. Y teniendo en cuenta que también conocía a una chica llamada Camila era mucho más coincidencia.

-Lo mismo decía yo. Pero, ¿porqué tuviste que tomar ese carácter?

-Porque recordé que tú me habías invitado a tu casa por primera vez.

-Sí, lo sé. A lo que rechazaste mi invitación lo cuál me enojó bastante. ¿Porqué lo hiciste?

-Tu família... fue la causante de la muerte de mi mamá.

-¿Disculpa? Nada que ver. ¿Acaso sabes cómo fue que murió ella?

-Sí, pero desearía no hablar de eso ahorita.

-¿Te digo algo? Si te rogué para hablar y aclarar las cosas fue por que creí que seria una nueva oportunidad para volver a hablar y calmar todo lo que sucedido. Así que, cuéntame, ¿qué pasó?

*Flashback*

"Mí mamá era oficial de Policía. Ella amaba su trabajo más que a nadie, ella lo amaba tanto como el amor que tenía hacía mi papá y hacía mí.

Un día, mi mamá estaba vigilando los automóviles que estaban estacionados fuera de un banco de dinero. Tenían que cobrar una multa para poder tener un lugar en el estacionamiento, hasta que vió un BMW blanco quien no portaba el ticket que debería tener. Por esa razón, mi mamá tuvo que multarlo. Al hacer eso, salió una mujer de pelo rubio y traje de trabajo. Cuando vio la multa que llevaba su auto, empezó a reclamar lo que le convenía.

Comenzó a gritarle a mi mamá y al ver que mi madre sólo estaba haciendo su trabajo, aún ella no lo veía. Así que como no le hizó caso alguno de lo que la mujer reclamaba, fue a denunciarla. Fue obvio que la mujer ganó esta pelea, pues al ser empresaria, ella con más razón consiguió lo que quería. Mi mamá, terminó en una gran depresión, pues no sólo la habían corrido del trabajo, sino, que también la habían acusado de ser un mal ejemplo para mí. No me llevaron lejos de ella, pues mi papá no lo permitió.

Mí mamá duró un mes con esa depresión, fué triste porqué mí papá trataba de hacerla cambiar de rumbo, y de las consecuencias que llegaría a tener. Pero aún no hizó caso. Y fué entonces como todo terminó".

El niño de mi infancia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora