15~Moras

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El tiempo seguía transcurriendo en ese lugar, la locura era evidente en varias personas. Por suerte en donde nosotros estábamos no habían demasiadas personas solo éramos seis, en otros solían haber doce por sector.

Mire a Alika que acomodaba unos canastos su barriga al igual que la mía había crecido demasiado, así como los hombres los mandaron a trabajar cerca de la valla.

Lo único que habíamos recopilado información era sobre un camión que aparecía cada diez días a traer provisiones, había veces que habían cuatro guardias esperando y que vigilaban la salida. Pero algo extraño era que algunas veces no esperaba nadie ese era un punto más para nosotros y nuestros planes.

Camine hacia la ventana ya que sentía una extraña sensación en el pecho.

— ¿Qué sucede Maddie? —preguntó Alika— ¿te siento nerviosa ocurre algo? —dijo posando una mano en mi vientre.

— No...estoy bien solamente siento un nerviosismo extraño —sonrei y me senté en un banquito.

El bebé era demasiado inquieto, se movía más que lo hacía el anterior, este bebé tenía 28 semanas y para mi suerte se encontraba en perfecto estado.

Max se preocupaba aún más siempre preguntaba y se había vuelto más cariñoso de lo normal, algo que me resultaba bastante extraño para lo frío que llegaba a ser mi hermano.

Al llegar la noche los hombre regresaron de su trabajo, la puerta del pasillo se abrió y por ella cruzaron Daren y otro muchacho que traían a Max.

<<Sabia que algo le estaba pasando>>

— ¡Max! —exclame al verlo sudando y con la cabeza gacha— ¡Alika por favor tráeme agua!

Lleve mis manos a su frente que estaba ardiendo era obvio que tenía fiebre.

— Maddie... —sus mejillas parecían tomates— abrázame tengo frío.

— Tienes fiebre idiota —Alika me alcanzó el tarro con un trapo.

Los labios de mi hermano estaban secos y parte de su pecho tenía rojizo.

— Nuestro bebé Mad —dijo posando una mano en mi vientre.

Frunci mis labios y lo miré a los ojos.

— Comenzó a sentirse mal por la tarde —comentó Daren mientras miraba preocupado— también descubrimos algo.

— Mad te amo... te amo hermanita agradezco que seas mi hermana y incluso mejor mi melliza... mi otra mitad —dijp tomando mi mano y depositando un beso en ella.

Abrí mis ojos sorprendida y mis mejillas se encendieron.

Levante mi cabeza y Alika me miraba extrañada al igual que Daren.

Mal momento para delirar Max. Volví a observarlo y necesitaba un doctor.

— Hay que llevarlo con la doctora —Daren solo asintió y levantó a Max.

Llegamos a la enfermeria y la mujer le dio unos antibióticos, y pudimos volver a la celda.

Me senté en el suelo mientras observaba el rostro tranquilo de Max.

Sus pestañas se veían mejor que las mías era hermoso definitivamente.

Bastaron unas horas para que volviese a despertar.

— Me comí unas moras de un árbol... —dijo mirándome con preocupación.

— Ya me contó Daren sobre que ayudaron al tipo del camión —me cruce de brazos apoyando sobre mi barriga y frunci el ceño— sabes que eres alérgico a las moras...

— Lo siento pero esas moras se veían deliciosas —de repente en mi senti las ganas de llorar.

Era lo peor del embarazo cosa que pasaba era motivo para soltar lágrimas.

— ¿Y si te ocurría algo peor? —dije entre lagrimas— ibas a dejarnos...

Max se levantó acercándose a mi y me envolvió entre sus brazos.

— Soy un idiota perdóname Mad —bajo la mirada a mi barriga y deposito un beso— tu también perdóname...

Hice silencio y lo observé por un momento había olvidado todo,  ese gesto tan bonito que iba a quedar en lo más profundo de mi corazón.

En ese momento en que no lo vi a Max como mi hermano mellizo, en ese momento Max era un hombre con el cual compartíamos una vida.

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