VI~ Coincidencias

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Llego a la cuenta de que no era feliz, se sentía sola y sin un propósito.

Su vida era tan distinta antes de que la llevaran a ese espantoso lugar, una adolescente feliz, con buenas notas y que tenia muchas amigas. Y luego se quedo sin nada un amor prohibido una hija siendo tan joven, su planes habían cambiado.

Esas personas que la habían destruido de tal manera que casi matan su alma.

Pero eso no se iba a quedar así, apretó las manos sobre el volante.

Ella haría justicia con sus propias manos.

El pitido de la falta de gasolina interrumpió su momento, por suerte al final de la carretera había una estación de gasolina.

Se dirigió hacia el shop, y fue hacia los refrigeradores. Tomo una botella de alcohol y se dirigió hacia la caja.

— ¿Algo mas? —miro en dirección al chico.

Su rostro le hacia conocido el levanto la mirada.

— Vaya... cada día la vida me sorprende mas —comento el chico con una leve sonrisa.

— Las coincidencias —se rio nerviosa.

— Recuerdo tu nombre Maddie así te llamo el otro chico que estaba contigo —dijo el .

— Si...

— Jackson también logre escaparme de allí —lo miro con atención— después de que ustedes lo hicieron quisieron aumentar la seguridad pero acto fallido quisieron cambiarlos de lugar pero aquí estoy...

— Wow me alegro muchísimo que tu hayas podido escapar —ella le sonrió.

— ¿Tu el otro chico tuvieron una hija, no? —pregunto.

— Si pero ella murió —dijo con la voz entrecortada.

— Carajo lo siento mucho —el se movió incomodo en su lugar— esos hijos de perra arruinaron mi vida... y me imagino que la de muchos jóvenes.

El apretó sus puños con enojo.

— Pero nunca los encontraron —ahora ella fruncía el ceño.

— Lo que daría por partirle la madre a esos hijos de perra —la campanilla del lugar aviso que ingresaban otras personas.

Al parecer no era la única que sentía aun odio sobre lo sucedido.

El encuentro con el parecía una casualidad pero sentía que era una señal de que algo tenia que hacer.

— Jackson tengo un plan —saco su teléfono— necesito que me des tu numero y quiero que nos reunamos te tengo una propuesta...

— ¿En que estas pensando? —pregunto el mirando su rostro.

— Haremos justicia propia —fue lo ultimo que dijo para entregarle su numero de teléfono.

Definitivamente necesitaría a alguien que apoyara la causa. No seria tarea fácil pero las noticias que volvían a secuestrar jóvenes era mas frecuente.

El vivir con miedo no era algo que deseaba que se volviera parte de su vida.

Se dirigió hacia la casa de Alika.

Alika y Daren habían decidido quedarse allí en la ciudad junto a sus hijos, ambos eran trabajadores y vivían el día a día.

Llego a su hogar y llamo a la puerta.

— ¡Maddie! —la morena la saludo con entusiasmo.

— Hola —dijo entrando a la casa.

— ¡Tía Maddie! —Avanka se acerco a ella con los brazos abiertos.

— ¡Hola pequeña! —la levanto y la abrazo.

A los lejos a pequeños pasos venia su hermanito.

— ¿Sabes? El otro día fuimos a dejarle unas flores a Mitzy y quise llevarle mi muñeca pero mami me dijo que tenia que preguntarte a ti primero —hablo con entusiasmo la pequeña.

— Ay... —sus ojos se llenaron de lagrimas— no hace falta pequeña con que vayas a verla creo que... mi pequeño ángel estará feliz...

— Vanka hija... —Alika la tomo en sus brazos— lo siento Mad...esta niña es como una cotorra.

Ella negó y se limpio las lagrimas, el hogar de su amiga era bonito lleno de flores y colorido.

— ¡Buenas! —Daren entro a la sala— ¡Hola Mad! ¿Y Max?

— El en una fiesta... vine a hablar con ustedes y a hacerles una propuesta —hablo.

Tenia que explicarles lo que pretendía, ellos miraban expectantes.

— Mad es algo arriesgado ¿Quién cuidara de nuestros hijos? —Alika hablo

— ¿Y Max esta de acuerdo con que hagan esto? —pregunto Daren.

Su teléfono comenzó a sonar... 

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