𝐍𝐎𝐓𝐇𝐈𝐍𝐆 ➢ Thomas Brodie-Sangster

━ Capítulo 16

|Arrepentimiento|

𝙲𝙰𝚂𝚂𝙸𝙴

Abrí los ojos lentamente. Sentía que estaba tumbada en algún sitio, todavía no sabía dónde. Esperé unos segundos a que mi vista se enfocara, lo cual resultó muy difícil, porque estaba realmente mareada. Al cabo de un rato, pude identificar las sábanas de mi cama y las paredes de mi habitación. Empecé a ponerme nerviosa, ¿qué hacía en casa? ¿Cómo había llegado ahí? Lo último que recordaba, era estar en un bar.

   —Agh —me quejé mientras me incorporaba con una mano en la cabeza, me sentía fatal—. Joder...

   —Cuidado, cuidado —dijo una voz a mi lado. La habitación estaba oscura y no podía ver bien lo que me rodeaba, pero estaba bastante segura de que era Thomas. Me acerqué a la lámpara de la mesilla y la encendí para iluminar un poco el cuarto. Cuando me giré para observarlo, me llevé una mano a la boca sorprendida.

   Su rostro estaba hecho un desastre; tenía el labio partido, un gran hematoma en el pómulo derecho y una herida en la ceja ensangrentada. Bajé la vista hasta sus manos y vi que sostenía un trapo rojo que originalmente fue blanco. Estuvo intentando limpiar sus heridas, pero no lo hizo muy bien.

   —Thomas... —dije con desconcierto.

   —Estoy bien, estoy bien —dijo volviéndose a sentar en el sillón que tenía en mi habitación. Supuse que era ahí donde había estado sentado todo el tiempo.

   —¿Cómo...? ¿Qué ha pasado? ¿Qué hora es?

   —Las ocho y media de la mañana —dijo llevándose el trapo a la herida de la ceja—. Dylan se ha ido hace poco.

   —¿Qué? ¿Te ha visto así? ¿Me ha visto...? —empecé a preguntar asustada, pero me detuvo.

   —No. Fui al bar, recibí una paliza por parte de Austin, te llevé de vuelta a casa, te metí en la cama sin hacer ruido porque Dylan seguía dormido, y esperé a que se fuera para poder venir a tu habitación y así quedarme contigo.

   —¿Tuviste una pelea con Austin? ¿Por qué? —dije extrañada.

   —¿No recuerdas nada?

   —Pues... —Hice un gran esfuerzo para intentar recordar algo que me sirviese para entender qué narices había pasado, pero resultó en vano—. No, solo recuerdo entrar a un bar y... Él estaba ahí, bebimos juntos, nada más.

   Thomas apretó la mandíbula y miró al suelo antes de empezar a hablar.

   —Te drogó y quedaste inconsciente —explicó con un toque de dureza en la voz—. Supongo que pretendía abusar de ti o algo por el estilo. No estoy seguro.

   Fruncí el ceño pensativa. No recordaba nada de eso y, que Thomas me lo dijera con tal seriedad, me asustó. No era ninguna broma, lo decía totalmente en serio.

   —Pero... ¿Cómo? Recuerdo que estuvimos el uno al lado del otro, si me hubiera metido algo en la bebida, lo habría visto —dije confundida.

   —Creo que fuiste tú quien la aceptó —dijo serio.

   —No, yo jamás me drogaría —negué con la cabeza—. Y lo sabes.