━ Capítulo 4

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|Una O'Brien|

𝙲𝙰𝚂𝚂𝙸𝙴

Eran las 19:00 y quedaba una hora para la fiesta a la que prometí ir con Thomas. Mis nervios aumentaron considerablemente. Estaba en mi habitación observando el armario y su interior, no tenía ni idea de qué ponerme. Thomas llamó a la puerta y apareció preparado; llevaba unos tejanos oscuros, una camiseta blanca básica y una camisa de cuadros de manga larga, solía llevar muchas de esas. Iba de lo más informal.

   —¿Todavía no te has vestido?

   —Es que no sé qué ponerme —dije de brazos cruzados.

   —A ver... —Entró en la habitación y miró el armario junto a mí. Se acercó a este y observó varias prendas que me traje desde Seattle—. Esta me gusta.

   Sacó una camiseta de canalé color negro, era estrecha y se ceñía a mi figura. Las mangas llegaban por los codos y tenía un par de botones de color marrón en el escote. Era muy bonita y me gustaba bastante.

   —¿Y por abajo? —pregunté cogiendo la camiseta.

   —Este —contestó cogiendo un pantalón corto tejano de cintura alta, tenía roturas y era de un color azul claro. Bastante atrevido. Cogió un cinturón de doble agujero de color negro y me lo extendió—. Con esto.

   —Tienes buen gusto —dije con una sonrisa—. ¿Y qué zapatos?

   —Estos, sin duda —contestó señalando mis Converse de color negro, eran viejas y estaban desgastadas a más no poder.

   —No están muy limpias —dije mirando las zapatillas.

   —Y eso le da un toque —contestó, a lo que yo asentí haciéndome la impresionada, como si acabase de decir algo tremendamente inteligente.

   —Vale... Ahora me cambio, me maquillo y nos vamos.

   —No te maquilles —dijo saliendo de la habitación.

   —¿Por qué? —pregunté extrañada.

   —Porque así estás más guapa —contestó desde el pasillo, no me vio ponerme roja. ¿Por qué me sonrojaba ante tal cumplido? Thomas solo lo dijo por decir, así era él.

   Me vestí con lo que el rubio había elegido para mí y me fui al baño. Arreglé mi pelo ondulado y me lavé los dientes. Me puse colonia y miré mi estuche de maquillaje dubitativa.

   —Solo un poco de rímel —dije para mis adentros. Me lo puse con cuidado y fui a preparar mi bolso. Metí la copia de llaves que Dylan me dio, mi móvil, y un poco de dinero. Luego me puse unos aros de pendientes y me miré en el espejo que había en la habitación. La verdad es que me gustaba cómo me veía, y eso costaba de conseguir.

   —Estás muy guapa —dijo Thomas apoyado en el marco de la puerta. Ni siquiera le había visto venir.

   —Gracias —agradecí con una sonrisa. Thomas no parecía un chico orgulloso cuando se trataba de hacer cumplidos, era directo, y eso me gustaba.

   —Vámonos —ordenó dirigiéndose a la entrada. Yo le seguí hasta que salimos del edificio.

   —¿Vamos caminando? —pregunté notando cómo el bullicio de la ciudad empezaba a invadir mis sentidos.

𝐍𝐎𝐓𝐇𝐈𝐍𝐆 ➢ Thomas Brodie-SangsterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora