━ Capítulo 5

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|Ni la toques|

𝙲𝙰𝚂𝚂𝙸𝙴

Salí de aquella casa dejando a Thomas atrás. Dylan estaba fuera con el coche. Me mandó un mensaje diciéndome que me esperaba en la entrada de aquel sitio. Me sorprendió que hubiese venido tan rápido y sin avisar antes.

   Cuando me vio caminar hacia él, abrió la puerta de su coche y bajó a toda prisa. Se acercó a mí y me abrazó con fuerza.

   —Vamos a casa —dijo llevándome hacia el vehículo. Estaba serio, molesto, me trataba como si fuera una cría. Y no entendía muy bien qué había hecho mal. Solo había ido a una fiesta.

   —Pero, Thomas está dentro —dije girando la cabeza hacia la casa.

   —No te preocupes por eso —respondió subiéndose al asiento del conductor. Yo me senté en el del copiloto desganada.

   Condujo hacia el apartamento, no tardamos ni 5 minutos en llegar porque estaba bastante cerca. Hubo un intenso silencio en todo el camino de vuelta, yo no sabía qué decir y Dylan parecía no querer hablar. Esa faceta de él me daba miedo. Parecía enfadado, pero solo guardaba silencio. Daba la sensación de que iba a actuar, pero en cambio, no hacía nada.

   Bajamos del coche todavía callados y subimos a casa.

   —Métete en la cama —ordenó justo antes de salir de nuevo por la puerta.

   —Pero... —dije confundida. No me dio tiempo ni a contestarle.

   Me quedé sola en el piso, sin nadie. No entendía lo que Dylan planeaba, pero tampoco me interesaba saberlo. Estaba cansada y dolida por la actitud de Thomas.

   Fui a mi habitación y me puse el pijama, me lavé los dientes y me preparé para dormir. Me tumbé en la cama y abrí el libro que estaba leyendo en esos momentos, uno el cual ya había leído varias veces y no me cansaba en absoluto. Bajo la misma estrella de John Green.

   Una lectura preciosa y triste que te enseña el verdadero significado del amor. Me preguntaba si algún día encontraría a alguien como Gus. Que me quisiera por lo que soy, hasta el fin de sus días.

   Pasaron 20 minutos desde que Dylan se fue, cuando escuché la puerta de casa abrirse de repente. Me asusté ligeramente y salí de la habitación de manera sigilosa. Oí las pisadas de dos personas, eran Dylan y Thomas. Me asomé desde el pasillo y avancé poco a poco hacia la puerta del salón, donde mi hermano llevaba al rubio agarrado de la camiseta. Me quedé quieta, dispuesta a presenciar lo que estaba pasando.

   —Dylan, escúchame —pidió Thomas.

   —¡No! ¡No quiero escucharte! —exclamó Dylan empujando a su amigo contra la pared—. ¡Ya hemos hablado de esto, Thomas! ¡YA HEMOS TENIDO ESTA PUTA CONVERSACIÓN!

   —Por favor, escucha...

   —¡NO! ¡CÁLLATE! ¡CÁLLATE! —gritó Dylan dando golpes a la pared con el puño, muy cerca de la cara de Thomas—. Empiezo a perder la paciencia... Eres un puto egoísta, ¡y un capullo!

   —Lo siento —se disculpó Thomas con la voz temblorosa.

   —¡¿Cómo coño se te ocurre llevar a Cassie a esa puta fiesta?! —dijo Dylan agarrando el cuello de la camisa de Thomas de nuevo, cosa que me hizo aguantar la respiración angustiada.

   —Pensé que le vendría bien hacer amigos —contestó Thomas endureciendo el rostro.

   —No, no, estoy harto de tus mierdas, de tus putas mentiras y de ti —dijo Dylan señalándole con el dedo índice en el pecho para luego alejarse de él.

𝐍𝐎𝐓𝐇𝐈𝐍𝐆 ➢ Thomas Brodie-SangsterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora