|La marquesita|
𝙲𝙰𝚂𝚂𝙸𝙴
Salimos del supermercado con dos bolsas en las manos cada uno. Íbamos muy cargados y habíamos comprado demasiado para ser solo tres personas en casa. Y las 24 cervezas de Thomas, no ayudaban.
Caminamos de vuelta a casa sin decir nada, apenas había gente en la calle. Reinaba el silencio en aquel barrio de Portland.
—¿Te has escapado de casa? —preguntó Thomas a mi lado. No entendí a qué vino esa pregunta.
—No —respondí extrañada—. ¿Por qué lo dices?
—Porque has llegado y ni siquiera sé cuánto tiempo vas a quedarte ni por qué has venido —dijo mirándome.
—Ah, bueno, solo estoy aquí para pasar las vacaciones antes de empezar la universidad. Voy a quedarme tres meses y... Bueno, no me he escapado, solo quería cambiar de aires —dije encogiéndome de hombros. Lo cual me costó, ya que las bolsas pesaban mucho.
—¿Cambiar de aires?
—Sí, estaba cansada de estar en casa. Mis padres siempre están muy ocupados, a parte de que me llevan de acá para allá y ni siquiera tengo opción de elegir —contesté.
—A tu hermano le entiendo, tu padre fue un cabrón con él —dijo Thomas—. Pero a ti no.
Lo que él no sabía, era que mi padre también había sido un cabrón conmigo. Desde luego, no me trataba como a Dylan, no me gritaba ni me levantaba la mano, no me insultaba ni me castigaba por todo. Pero también me obligaba a hacer cosas que no quería. La diferencia entre mi hermano y yo, es que él se quejaba y yo me acostumbré a no hacerlo.
—Simplemente estaba cansada de... —empecé a decir.
—¿De privilegios? —me interrumpió.
—Sí, algo así —dije en voz baja.
—¿Sabes que hay gente que mataría por lo que tienes? —dijo ligeramente molesto.
—Agh, si puedo elegir, prefiero evitar este tipo de conversación —respondí rodando los ojos.
—No, no, en serio —dijo deteniéndose. Lo que me hizo parar a mí también—. ¿Te molesta que tu padre te lleve de cruceros y te compre vestidos para ir a fiestas donde, perfectamente, un cubierto de la mesa puede costar más de cien pavos?
—Déjalo, no lo entiendes —negué cansada—. Perdón si ha sonado egoísta... Pero sí, me molesta.
Hubo un largo silencio por su parte.
—Hay problemas muchos más graves que ser una marquesita —dijo entre dientes.
—¿Y tú qué mierdas sabrás? —dije enfadada—. Lo único que haces es molestar a mi hermano, acostarte con tías en su cama y beber hasta quedarte ciego.
—También fumo —añadió con una sonrisa.
—No te soporto. —Aceleré el paso—. Y no soy una marquesita.
Seguimos caminando sin decir nada más. No entendía por qué se había tomado tan a pecho mis razones para estar allí, cuando ni siquiera era de su incumbencia saberlo. Pudo sonar egoísta lo que dije, sí. Pero era cierto, necesitaba descansar y alejarme de mis padres aunque solo fuese por un verano.
Llegamos al edificio y abrí la puerta, luego subimos hasta el piso y abrí la siguiente. Dejamos las bolsas en la cocina y empezamos a recoger la compra. Poco a poco entendí dónde guardaban cada cosa, y pude observar una vez más lo desordenados que eran. Estaba convencida de que si mejoraban la casa en ese sentido, todo sería más fácil para ambos.
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𝐍𝐎𝐓𝐇𝐈𝐍𝐆 ➢ Thomas Brodie-Sangster
Fanfiction❝Nada, eso es todo lo que espero de la vida... Nada.❞ Cassie, una joven de 18 años que acababa de terminar el instituto, decidió ponerse en contacto con su hermano mayor para pasar el verano junto a él. Lo que Cassie no se esperaba en absoluto, era...