Dos semanas habían pasado de aquella quedada de Nishimura en su casa. Un fin de semana excepcionalmente divertido, pero que en las noches de Rintarou le carcomia el cerebro descubrir más cicatrices en el cuerpo de Sumi. Algo malo pasaba o mejor dicho algo muy malo le pasó y ya no estaba tranquilo. Osamu también comenzó a notar aquellas heridas, pero no le decían nada para incomodarla y su nuevo plan era esperar que ella confesará a alguno de los cuatro la situación.
Estaban en la hora del almuerzo y Suna no entendía el por qué Sumi se reía tan naturalmente junto con Hitoshi y Atsumu. Estaba incómodo y la espina chismosa ya estaba empezando a picarle fuertemente en el cerebro. Se había preparado de todas las formas posibles de cómo reaccionar cuando Nishimura le confesará su pasado en otro país, en esa otra realidad.
También, como ahora se sentaban juntos, notaba más esos escalofríos repentinos de Nishimura, escalofríos que ocurrían incluso cuando la sala estaba perfectamente temperada. Jugaban con ella todos lo viernes y ya el idiota de Atsumu había comenzado a preguntar el porque Sumi siempre que jugaba usaba una polera o maya negra para cubrir sus brazos, Suna solamente le decía que él tampoco sabía.
Pero un día le desconcertó bastante el echo de que Kita la haya encontrado en el patio llorando, pero no un llanto de tristeza. Era un llanto de dolor, un llanto que pedía ayuda con fuerzas dijo el capitán del equipo con una mirada bastante preocupada. El castaño ya no podía seguir así, debía saber ya que estaba pasando con Sumi, y el echo de que estuviera completamente enamorado de ella no ayudaba mucho a guardar paciencia.
Se sentía nervioso, ya que, quedaba poco la Interhigh, exactamente la próxima semana comenzaba aquella primera competencia que les daba un panorama bastante amplio sobre el que cosas se encontrarían en el torneo de primavera. Pero no ayudaba nada, no podía seguir así. Necesitaba saber que pasaba con esa chica, que la perturbaba tanto, que la hacía pedir ayuda con esa mirada amarillenta que poco a poco se iba a apagando.
Por otro lado Sumi estaba empeorando y lo sabía. Cada vez que asistía a la escuela se maquillada para que no notarán que ya no dormía, que ya no podía descansar en paz sin un cuchillo debajo de la cama. Los antidepresivos no funcionan, los somníferos tampoco y los ansiolíticos menos. Pensó que al fin tener amigos había funcionado, pero la cruda realidad la choco en seco y le dio a entender de que quizás debía volver a internarse en la clínica, ya que, se quería morir, quería acabar con ella misma.
Miro el atardecer desde su balcón y esa tonalidad naranja la hizo volver a la primera vez que ella trajo a Suna a casa. Sonrió de costado recordando a aquel chico que la volvía completamente loca, y que a veces la conectaba a la tierra nuevamente. Mientras pasaba su dedo por el barandal, se dio cuenta que estaba a una altura bastante considerable y sin más comenzó a pasarse hacia el otro lado. Su cuerpo actuó de manera mecánica y cuando sintió la brisa chocar con más intensidad en su rostro, cayó en cuenta de lo que estaba haciendo y debido al susto sus pies se resbalaron, ocurriendo lo peor...
Nishimura había caído en el camino de piedras y un enorme chorro de sangre comenzó a aparecer detrás de su nuca...
...
La clase empezó y Suna estaba asustado. Asustado porque Sumi no había llegado y volteó su cabeza rápidamente hacia Osamu, el cual también tenía las orbes fuertemente abiertas, con un terror inexplicable en sus orbes.
Nishimura siempre llegaba antes que ellos y las veces que faltaba siempre les enviaba un mensaje, informando que no iría ese día a la escuela. Rintarou comenzó a mover su pie nervioso y lo único que quería era salir del salón lo más rápido posible para llamar a la muchacha, aunque estaba vez no le daba buena espina el panorama que se imaginaba.
Las dos horas de matemáticas se hicieron eternas y cuando el timbre inundó sus oídos, salió echo una bala con el peligris siguiéndolo. Estaban asustados y Atsumu al verlos pasar también los siguió, sintiendo la presión del ambiente en ese mismo instante.
Llegaron al patio y Suna decidió llamar, marcó el nombre de la muchacha pero arrojó a buzón inmediatamente. El castaño miró a Osamu con los ojos increíblemente abiertos.
— No se que esta pasando pero tengo miedo.
Dijo el rubio mirando a su gemelo y a su mejor amigo. Suna le correspondió el dicho.
— Yo también. Esto no me da buena espina.
...
Los abuelos estaban sentados afuera de la habitación del hospital donde se encontraba Sumi. La chica no daba indicios de querer despertar y su ritmo cardíaco disminuía cada vez más, haciendo que los dos ancianos sintieran unas clavadas tremendas en su pecho.
Estaban molestos, confundidos y inmensamente preocupados por su única nieta. Sabían que Nishimura no estaba bien y quizás nunca lo estaría. Estos cuatro últimos días ya se hacía el panorama sobre que le pasaría a su nieta, sobre que le pasaría a aquella dañada niña. El abuelo prendió por primera vez el celular de la chica y tan pronto la pantalla se iluminó, cientos de notificaciones comenzaron a salir, eran las llamadas perdidas y con un par de nombres desconocidos para los adultos.
Se miraron y la abuela decidió que ella hablaría con las amistades de Sumi. Se levantó lentamente del asiento y la primera persona que marcó fue a un tal Rintarou.
El castaño estaba en el camarín a punto de cambiarse para ir a entrenar cuando su celular empezó a sonar. Él lo tomó tan rápidamente y los gemelos se acercaron a su lado con una velocidad impresionante. Kita de quedo quieto en su lugar y Hitoshi solo se quedo mirando el casillero fijamente.
— Si yo les diré. No sé preocupe más.
El castaño cortó la llamada y por primera vez ocurrió lo que Osamu nunca se espero. Suna empezó a llorar y supieron exactamente que esa llamada no fue para comunicar algo bueno, fue para informar algo terrible, algo que Atsumu ya no quería escuchar.
Kita se acercó preocupado y Hitoshi siguio quieto.
— ¿Qué pasó? ¿Quién era? ¿Qué te dijeron?.
Pregunto el peligris asustado mientras se incaba a la altura del castaño. Suna aún miraba con lágrimas el celular.
— Nishimura se intentó quitar la vida y ahora está en coma.
Aquellas palabras con sollozos hicieron que Atsumu comenzará a llorar, Osamu miró a su gemelo y no tardó mucho en seguirle el paso. Un golpe en seco retumbó y era Hitoshi, quien había estampado su frente en el metal de la puerta del casillero mientras incontables lágrimas salían de sus ojos.
Kita se quedó estático y analizó la situación una y otra vez, sin parar. Estaba uniendo las piezas, pero aún no tenía claro el rompecabezas de Sumi.
— Esto es peor de lo que imaginaba.
Murmuró el mayor con miedo, por primera vez todos tenían miedo.
N/A: ¡Perdón! Me equivoqué publicando los capítulos 😫😫😫 este iba primero lo sientooooo😭😭😭
Ahora sí pueden leer mejor y perdón x el spoiler
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From Another Reality // Suna Rintarou
Fanfiction𝗣𝗿𝗶𝗺𝗮𝗹 𝗮𝗻𝗱 𝗻𝗮𝗸𝗲𝗱 𝗬𝗼𝘂 𝗱𝗿𝗲𝗮𝗺 𝗼𝗳 𝘄𝗮𝗹𝗹𝘀 𝘁𝗵𝗮𝘁 𝗵𝗼𝗹𝗱 𝘂𝘀 𝗶𝗺𝗽𝗿𝗶𝘀𝗼𝗻𝗲𝗱 𝗜𝘁'𝘀 𝗷𝘂𝘀𝘁 𝗮 𝘀𝗸𝘂𝗹𝗹, 𝗹𝗲𝗮𝘀𝘁 𝘁𝗵𝗮𝘁'𝘀 𝘄𝗵𝗮𝘁 𝘁𝗵𝗲𝘆 𝗰𝗮𝗹𝗹 𝗶𝘁 𝗔𝗻𝗱 𝘄𝗲'𝗿𝗲 𝗳𝗿𝗲𝗲 𝘁𝗼 𝗿𝗼𝗮𝗺... Un alma ro...