Luchando

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(Narrado desde el interior de Sumi, será medio corto el capítulo).

Había fallado. Había dejado a todos atrás como la maldita egoísta que era. Soy una mierda, una verdadera mierda y espero nunca más volver a despertar. Había fallado, rompí la promesa de mis abuelos y ahora mismo no quería abrir los ojos, no quería ver a nadie a la cara.

Me encontraba sola, sentada debajo de una pobre luz mientras abrazaba mis piernas. A mi alrededor estaba todo oscuro y solo escuché la risa de ese maldito hijo de puta que arruinó mi vida, que desintegró mi ser. Lleve mis manos a mis oídos y los tape para no seguir escuchando su asquerosa voz, pero al parecer este aumento más el volumen de aquella maniática carcajada.

Y todo volvió a suceder. Sentí sus cañozas manos recorrer mi desnudo cuerpo y aquella asquerosas palabras que musitaba en mi oído cuando intentaba besarme. Se supone que un padre jamás dañaría a un hijo, pero esas palabras quedaron vacías cuando mi madre trajo a ese hombre por primera vez a casa. Ella no me amaba, no me quería y cuando le comenté lo que estaba sucediendo hizo oídos sordos, dejándome completamente abandonada a mi suerte.

Mi pasado en Estados Unidos es oscuro, es una grieta que se abre cada vez más y un espina en mi talón que jamás se saldrá. Fueron años, si, años donde fui cruelmente, abusada, violada y maltratada por dos personas que suponían amarme. Mi madre estaba en las drogas y ese asqueroso hombre la incitaba cada vez más a quedarse completamente inconsciente en el sofá para después desquitarse conmigo, con aquella pequeña niña de once años.

No sabía cuánto tiempo llevaba en coma, pero lo mejor sería no despertar. No tenía cura, no tenía salvación y eso todo el mundo lo sabía. No podía seguir fingiendo, no podía seguir sonriendo cuando cada tarde llegaba a mi casa a autolesionarme porque no había otra manera de desahogarme, de castigarme por ser asquerosa. No merecía nada, no merecía amigos, no merecía vivir.

Y si debía morirme poco a poco lo aceptaría, sería mi liberación. Y ojalá en otra vida pudiera tener linda relación con Suna, donde yo esté más sana, más consciente, más limpia, más pura.

O eso pensaba hasta que escuché los sollozos...

From Another Reality // Suna Rintarou Donde viven las historias. Descúbrelo ahora