Rintarou estaba algo pacífico durante los días que pasó en su lugar de origen, o eso veía Nishimura cada vez que el muchacho sonreía inconscientemente mientras dormía o cuando salía al jardín a ayudar a su abuelo a barrer la nieve que caía suavemente sobre los árboles.
Generalmente, Suna, siempre que volvía a esta casa con un estilo tradicional japones de su madre, se sentía tranquilo, sereno, cómodo y protegido. Y claramente, no había nada mejor que volver al nido materno donde paso prácticamente los mejores años de vida, aquella infancia inocente y amorosa que le dieron su abuelo y su mamá, llena de aventuras, y donde conoció por primera vez su increíble flexibilidad, una herramienta fisiológica que se transformaría en un arma letal en el ahora y en el futuro que se le aproximaba como deportista.
Sumi sonrió de costado mientras veía por la puerta del cuarto de Hiroko, a un Rintarou servicial que ayudaba a su joven madre a quitar la nieve del techo, la cual se estaba acumulando peligrosamente.
— Sumi...— la pequeña niña comenzó a hablar lentamente— ¿Por qué te gusta mi hermano?— pregunto inocentemente mientras jugaba con sus peluches— Es feo y gruñon mientras que tu...— hizo una pausa y miro a Nishimura unos segundos— Pareces un gatito.
La chica aguanto las ganas de soltar una carcajada.
— Si yo soy feo tu también lo eres Hiroko— una vez masculina irrumpió en la sesión de te que se estaba llevando acabo en esa habitación.
Nishimura se volteó hacia donde estaba Rintarou, el cual se encontraba apoyado contra el marco de la puerta y con una expresión bastante seria en su rostro, aunque su novia captó inmediatamente aquel brillo de diversión en sus ojos.
— ¿Por qué sería yo fea Rin?— pregunto la niña con el ceño fruncido.
— Porque somos iguales.
La niña lo miro mal antes de seguir jugando tranquilamente con sus peluches. Nishimura la miro con ternura antes de voltearse hacia Rintarou, quien ya había entrado en el cuarto de su hermana y se sentó en frente de ambas con la mirada fija en las tazitas de te que se encontraban reposadas en el suelo.
— ¿Me darás té Hiroko?— pregunto Rin mientras levantaba una pequeña taza entre sus dedos.
— No.
Suna frunció el ceño confundido mientras miraba a su hermana, quien seguirá ignorandolo con su entretenido juego con los peluches.
— ¿Por qué no?— pregunto curioso y enojado.
— Porque me dijiste fea.
Sumi se llevó la mano a la boca para aguantarse una risa.
— Tu también me dijiste feo— argumentó Suna— Y no te he negado nada— murmuró más para si mismo que para la pequeña.
La niña suspiro exhausta, y dejó de lado sus muñequitos para levantarse un poco, quitarle la taza a la Rintarou de sus dedos y servirle de manera muy molesta el té imaginario.
Nishimura aún seguía con su boca tapada, pero rápidamente miro a Suna de reojo, quien al parecer disfrutaba mucho de molestar a su pequeña hermana.
...
— Riko vendrá a verte hoy Rin.
Aquellas palabras que había dicho la madre de su novio hace treinta y tres minutos, habían pasado desapercibidas por Nishimura, ya que, pensó inmediatamente que quizás "Riko", era uno de los amigos de la infancia de Suna, y vendría a verlo durante su instancia corta en casa de su progenitora.
Grave error por no indagar más en el tema, o eso creía ella en estos momentos cuando una muchacha rubia de voluptuosidad tremenda donde debía y una sonrisa perfecta, estaba parada en la puerta de la casa de los Suna, preguntado si Rintarou se encontraba por ahí, o mejor dicho mandando a Nishimura a buscar a Rintarou como si fuera una criada de la casa.
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From Another Reality // Suna Rintarou
Fanfiction𝗣𝗿𝗶𝗺𝗮𝗹 𝗮𝗻𝗱 𝗻𝗮𝗸𝗲𝗱 𝗬𝗼𝘂 𝗱𝗿𝗲𝗮𝗺 𝗼𝗳 𝘄𝗮𝗹𝗹𝘀 𝘁𝗵𝗮𝘁 𝗵𝗼𝗹𝗱 𝘂𝘀 𝗶𝗺𝗽𝗿𝗶𝘀𝗼𝗻𝗲𝗱 𝗜𝘁'𝘀 𝗷𝘂𝘀𝘁 𝗮 𝘀𝗸𝘂𝗹𝗹, 𝗹𝗲𝗮𝘀𝘁 𝘁𝗵𝗮𝘁'𝘀 𝘄𝗵𝗮𝘁 𝘁𝗵𝗲𝘆 𝗰𝗮𝗹𝗹 𝗶𝘁 𝗔𝗻𝗱 𝘄𝗲'𝗿𝗲 𝗳𝗿𝗲𝗲 𝘁𝗼 𝗿𝗼𝗮𝗺... Un alma ro...