𝗔𝗣𝗢𝗖𝗔𝗟𝗜𝗣𝗦𝗜𝗦 | T᙭T

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𝐄𝐒𝐏𝐄𝐂𝐈𝐀𝐋 𝐒𝐀𝐍 𝐕𝐀𝐋𝐄𝐍𝐓𝐈𝐍 𝟐/𝟑❤️

Estaba oscuro, pero a medida que avanzaba entre los árboles con la maleza bajo sus pies descalzos era posible apreciar un atisbo de luz blanca, atenuada por la niebla en el horizonte.

Su cuerpo tiritaba por el frío que se colaba entre sus delgadas vestiduras. El camisón dejaba descubiertos sus brazos, hombros, clavículas y su largo llegaba hasta encima de las rodillas.

Se abrazó con los brazos, pasando sus manos por estos para generar calor con la fricción, pero sus esfuerzos con sus músculos cansados eran tan débiles que no le generaban ningún alivio.

Sus dedos de ambos manos y pies estaban tan entumecidos que casi no los sentía, pero seguía caminando. No sabía a dónde se dirigía, pero algo le decía que debía seguir adelante.

En sus mejillas, cuyo color se había perdido en la palidez de su piel, se hallaban las siluetas de unas lágrimas secas. Su labio inferior temblaba pero no podía llorar. No recordaba haber estado llorando, pero el sentimiento del pecho cerrado y el nudo en la garganta le decían lo contrario.

Caminó.

Caminó como si las plantas de los pies no le sangraran por las espinas y las rocas en el suelo.

Caminó como si su cuerpo no estuviera rogándole caer al suelo y no levantarse.

Caminó como si supiera hacia donde iba.

Unos cuantos pasos más adelante la humedad bajo sus pies llamó su atención.

Estaba caminando directo hacia un lago de aguas negras, rodeado por bosques tan oscuros como del que recién había salido.

Se giró para regresar pero una mano ennegrecida con el líquido negro tomó su  tobillo arrastrando su cuerpo hacia el lago con una fuerza sobrenatural.

Trataba de agarrarse de la maleza, las ramas y las plantas secas de la costa pero estás se rompían o estaban muy lejos para alcanzarlas. Desesperadamente trató de zafarse, pero en cuestión de segundos se vió con el líquido negro al cuello.

Luchó para mantenerse en la superficie y tomando todo el aire que podía, pero la fuerza que la jalaba hacia abajo llevó a qué el lago negro tragara su cuerpo por completo.

—¡Hey, despierta!—llamó una voz a su costado, haciéndola levantarse.

Despertó confundida, extrañada por el lugar que la rodeaba y el sonido de un timbre retumbando en sus oídos desde la lejanía. ¿Dónde estaba?
Se dirigió a la persona a su lado.

—¿Q-qué...do-dónde estamos?—preguntó   restregándose los ojos.

—¿Qué tan profundo te dormiste?—dijo el chico entregándole sus cosas y levantándose de su asiento.

—No, enserio. ¿Dónde estamos, Soobin?—preguntó seria.

El tono fuerte que había usado parecía haber desubicado a su amigo cuyo rostro mostraba una expresión casi tan confundida como la suya propia.

—¿D-de qué hablas?—preguntó nervioso—En la universidad... ¿Te encuentras bien?

‹‹¿Qué dijo?››