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ESPECIAL VIDEO AOTM 2/3 ❤️

*Un mes antes*

El ambiente en el camión era pesado.

Se sentía como el aire en un funeral. El impacto de saber que hay alguien que una vez estuvo y que ya no estará más.

El peso de una pérdida que mantenía la tensión como una cuerda templada y sus pechos presionados como si no hubiera oxígeno suficiente.

A pesar de que no quisieron llorar, se derramó una que otra lágrima aquí y allá al ver a las personas que consideraban sus hermanos sin vida.

Los habían llamado con urgencia. Todos los equipos debieron regresar de inmediato a asistir al resto.

Ahora, volviendo a la cárcel lo único que oían  a través de los walkie talkies era interferencia. Al llegar al lugar todo cobró sentido.

Dejaron los cuerpos de Jooheon y Doyoung en el camión y se bajaron rápidamente. Abriéndose camino por las puertas de la penitenciaria un cuerpo chocó contra el suyo.

—¡Kun! ¡Kun! ¡Volvieron!—exclamó el joven, atrayéndolos a una celda rápidamente.

Taeyong dió un paso adelante una vez estuvieron dentro, confrontando al menor.

—¡Hey, Haechan! ¿Qué sucedió?—preguntó tomando al chico por los hombros y sacudiéndolo un poco, buscando que se concentrara, pues estaba extremadamente nervioso y disperso.

Haechan lo miró asustado.

—¡L-los zombies entraron!—exclamó con temor—¡E-en-entraron!

—¿Y Hyuna?—intervino Taeyong rápidamente.

—¡Se fue!—contestó el menor—¡Cuándo los otros volvieron ella Dawn y unos pocos se fueron!

—Esos malditos...—murmuró Johnny enojado.

—¡Mordieron a Chenle!—exclamó llorando.—¡Y-y no encuentro a Jeno, ni a Jaemin, ni a-a nadie!

Mark se acercó a él y lo abrazó con cuidado.

—Ya, ya está. Tranquilo—acarició la espalda del joven antes de girarse hacia el resto de sus compañeros—¿Qué hacemos?

—Esos cobardes, sabía que no debíamos confiar en ellos—espetó Taeyong, enojado.

—Primero Jooheon y Doyoung, ahora Chenle—murmuró Kun para sí mismo, luego pasó sus manos por su rostro con frustración—¿Quién más?

Johnny chasqueó los dedos, llamando la atención de todos.

—Salgamos a buscarlos—propuso y todos los demás estuvieron de acuerdo.

Tomaron sus armas y salieron, caminando por los pasillos de la cárcel, oyendo los lamentos de los prisioneros que no dejaron salir en cuanto tomaron el lugar y acabaron con los infectados que se atravesaron en su camino.

A pesar de los obstáculos no tardaron mucho en llegar al patio, ya casi vacío de no ser por las decenas de infectados que habían olido su carne y oído sus latidos desde kilómetros, buscando algo más que devorar.

Salieron en completo silencio encontrándose a Shotaro y a Sungchan en el camino, ambos estaban escondidos tras una máquina expendedora en lo que alguna vez fue un cuarto de descanso para los oficiales que trabajaban allí. Varios de sus cuerpos en el suelo aún, desde que se había desatado el virus.

—¡Hyungs!—exclamó en un susurro el más alto de los dos—¡Si volvieron!

—¿Están bien?—preguntó Mark ayudándolos a ponerse de pie y revisándolos con la mirada. Ambos jóvenes le aaeguraron que sí.

𝗔𝗣𝗢𝗖𝗔𝗟𝗜𝗣𝗦𝗜𝗦  | T᙭TDonde viven las historias. Descúbrelo ahora