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Sintió ese dolor punzante en su cadera, mientras se sentaba levemente en el pasto, tomó la camisa sucia que era suya y se la colocó lentamente, sus piernas temblaron al momento de levantarse.

Su mente se mantenía un poco alejada de si, su piel tenía marcas rojizas, por suerte no vió una en su cuello u hombros.

Recordaba que escuchaba que según muchos o mejor dicho todos los Omegas despertaban con un dolor en su cuello, su mano fue rápido a este no sintiendo dolor alguno o un anuncio de marca.

Sintió parte de su cuerpo algo relajado, no sabría cómo le iba a explicar a sus padres que aún no estaba marcado, sin embargo no había pasado su noche con un Alfa de la manada, su ceño se mantuvo arrugado con una pequeña frustración.

—Debi haberme quedado. - susurra.

Se cruza de brazos, avanzando a la manada nuevamente, su piel lentamente sucia por la tierra, su cabello con ramas incluso.

No había rastro de el tigre, sintió en su piel el aroma de este, no pudo evitar hacer una mueca, debería darse un baño lo más rápido.

El tigre pasó sus dedos por su espalda adolorida, solo dejó caer su cuerpo sobre el colchón, pensando en aquel lobo, su interior le gustaba parte de aparearse con el ,sin embargo su parte racional estaba enloqueciendo por lo más incorrecto que era.

Dejó de pensar en eso para ir a darse un baño, apestaba a ese aroma peculiar a sexo además del aroma del lobo.

El agua recorrió su cabello, relajandolo después de llegar a su espalda, relamió sus labios un poco y estiró su cuello, tocando su abdomen ligeramente,  viendo esos rasguños además de unos cuantos chupones.

Al salir de su habitación, se sintió relajado, sin ningún rastro de lo que había pasado y, así fue su día.

Mientras que en el otro lado, un lobo estaba siendo regañado por haber escapado de esa forma, mientras que la pareja que le fue asignada le miraba con compresión, por el que huyera, no a todos les gustaba que su matrimonio fuera arreglado.

Mientras que en el otro lado, un lobo estaba siendo regañado por haber escapado de esa forma, mientras que la pareja que le fue asignada le miraba con compresión, por el que huyera, no a todos les gustaba que su matrimonio fuera arreglado

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Tiger roar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora