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Rhodes

—Rho - escucho y luego hice un sonido para que continuase, seguí mirando hacia unos papeles en mis manos.

Sus manos se deslizador sobre mis brazos, aguanto una mueca ante ese contacto sin embargo continuo leyendo.

—Sabes, el Consejo ya dice que es muy necesario que te consigas una o un Omega, digo, ellos dicen que ya pasar por los treinta y a tu edad tu padre ya te tenía a ti y a tu hermana. - continúa y besa mi nuca y quito la vista de los papeles cruzandome de brazos soltando un gruñido, causando que cayera al suelo.

—No me importa si mi padre a sus treinta y dos ya había engendrado dos hijos -respondo — yo a mis treinta y un años me  siento bien así, sin la necesidad de engendrar aun. Ya tienen a mi hermana si quieren la camada asegurada, ella ya tiene dos a sus veintinueve. ¿Por que me tienen que joder a mi? - que mentira dije, claro que deseaba un cachorro sin embargo lo quería con la persona que amara, no así.

Ella me miró atentamente  abrazando mi pecho en una sonrisa y arrugo mi nariz en forma de desagrado.

—Quieren herederos del Alfa. - musitó —Yo podría.. - la empujo quitándola de encima mío mirándole con el ceño fruncido.

—Si tuviera cachorros tu serias o mejor dicho ni llegarías a mi mente para ser su madre.

Ella me miró ofendida.

—¿Qué? Soy hermosa, soy perfecta, soy hija de uno de los Alfas más poderosos después de los líderes, te aseguró cachorros fuertes, dominantes además de bellos - habla de forma engreída.

Blanqueo mis ojos.

Si, si, como sea.

—No, he dicho que no y punto. - respondi.

Ella acomoda su negro y largo cabello, moviendo sus caderas y me miró por encima de su hombro dispuesta a irse.

—Solo piénsalo Alfa, soy una única opción y hasta el consejo de ancianos lo dicen. - suscitó.

Me senté unos segundos, mordiendo mi labio con increíble fuerza, rompiendo este pensando en aquella propuesta.

No, definitivamente no, no pienso darles un feo destino a mis cachorros de tener una madre así.

Rei por mi pensamiento y aclaro mi garganta para salir igual, mejor dar un paseo para despejar los malos pensamientos de las personas que me sacan canas.

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Tiger roar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora