La última conquista

Capítulo 7

Capítulo 7

La idea de ir a una fiesta, no formaba parte de sus planes. De buena gana se hubiera quedado en su piso a descansar, pero sabía que para Angus era algo muy importante y no le perdonaría el no haber asistido.

Eran las siete de la tarde y ella salió de la ducha, su piso era pequeño pero muy cómodo. Constaba de una habitación, una cocina americana con salón y el baño. Lo había decorado a su gusto, cuando se mudó allí el piso no se encontraba en muy buenas condiciones, pero de todas maneras lo alquiló, porque era el más barato que había encontrado y estaba situado en una buena zona. Después de empezar a trabajar en la empresa del señor Harper, podía haberse cambiado, pero ya estaba muy acostumbrada aquel lugar, en donde se sentía protegida y lograba tener un poco de paz, las veces que se permitía un momento para no pensar en su hermano.

Era pequeño, colorido y muy acogedor. Tenía todo lo que necesitaba, un pequeño salón en donde había una alargada estantería, que poseía sus libros favoritos de los cuales podía disfrutar algunas noches y escapar de su realidad.

Se dirigió al armario, de donde sacó varios vestidos, para poder elegir uno. No solía asistir a muchas fiestas, por eso contaba con poca ropa para la ocasión. Eran tres, uno color crema, de cuello halter con pedrería y un cinturón negro, otro negro totalmente ceñido al cuerpo y con la espalda descubierta, de tirantes y hasta las rodillas y por último, el favorito de Allison, era de color verde olivo, de tela de salten, con un escote que dejaba al descubierto gran parte de sus pechos, de mangas caídas y falda con vuelo.

Ese vestido lo había comprado hace muchos años, sabía que no debía sentirse tan feliz, pero no pudo evitarlo y lo compró. Recordó que en la fiesta pasada de la empresa, había llevado el vestido crema, así que pensó que en esta ocasión era una buena elección llevar este último. Además ese color hacía resaltar el color de su pelo. Volvió a colocar los dos vestidos en el armario y regresó al baño para secarse el pelo, la noche se presentaba cálida, así que no haría falta que llevara chal por encima del vestido.

Después de plancharse el pelo, se hizo algunos rizos para que tuviera más volumen. Se puso el vestido y se miró en el espejo, sabiendo en la situación en la que se encontraba su hermano, sentía que no tenía derecho a sentirse contenta, pero por desgracia lo estaba. Metió su teléfono y monedero dentro de su bolso clutch negro, los tacones eran bastante altos y hacía que el vestido le quedara muy por encima de los tobillos.

La fiesta de la empresa siempre la realizaban en un salón, en esta ocasión sería en el salón de un gran hotel que se encontraba en el centro de la ciudad. Estaba un poco retirado de donde vivía Allison, por eso en cuanto estuvo lista, se dirigió hacia allí.

En los dos últimos años, Noah no había podido asistir a la fiesta, así que aquel día estaba muy animado. Llegó una hora antes para asegurarse de que todo estaba bien, quería que su padre disfrutara de su gran día, se lo merecía. Había levantado esa empresa poco a poco, sin contar con la ayuda de nadie y Noah estaba muy orgulloso de él. Si era cierto que su padre no compartía la afición de Noah por las mujeres, en los negocios eran igual de competentes y él se sentía muy bien de haber contribuido a que la empresa llegara a ser lo que era hoy en día.

Estaba impecable, vistiendo un traje gris entallado a su musculoso cuerpo y con una corbata azul, su pelo peinado del todo hacia atrás, recién afeitado y con una gran sonrisa que no hacía más que resaltar su belleza.

Con el pasar de los años, tenían que requerir un salón más amplio, porque cada vez contaban más empleados. En la entrada había un hombre que indicaba a cada invitado en donde debían sentarse, ya habían llegado algunos invitados, pero la persona que Noah esperaba ver, aun no llegaba. Allison estaría sentada en la mesa junto a Ian y Valerie.