Capítulo 11

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Capítulo 11

A las tres de la tarde Allison bajó hasta la calle, se subió a su coche y puso el gps para poder llegar al piso de Noah. La verdad es que vivía en una zona muy bonita, no era para más, tenía dinero suficiente para vivir donde quisiera. Era un edificio tan alto, que Allison no alcanzó a ver hasta el final, porque el sol la obligó a bajar la vista.

El portal parecía el lobby de un hotel, con varios sillones por todo el lugar y una recepción en donde había un hombre.

―Buenas tardes, señorita. ¿Hacia dónde se dirige?

―He venido a ver al señor Noah Harper ―y el hombre miró en una lista.

―De acuerdo, es la novena planta.

―Muchas gracias.

Ni que se tratara de algún famoso, no era más que un hombre común y corriente. Él más atractivo que ella había conocido jamás y que la había enloquecido de una manera terrible, suspiró y pulso el botón. Aquel día no se puso los trajes que acostumbraba usar en la oficina, se puso una camisa de gasa de lunares y unos vaqueros negros, con unos zapatos de tacón bajo atándose el pelo con el pasador que había comprado unas semanas atrás, llevaba consigo su portafolio y su portátil.

Salió del ascensor y ubicó la puerta de Noah. Antes respiró varias veces y tocó el timbre.

―Allison ―dijo él a verla.

Él también estaba vestido diferente, con una bermuda blanca y una camisa crema, demasiado entallada, que dejaba poco a la imaginación de Allison.

―Hola ―logró articular ella.

―No te quedes ahí, adelante.

No fue tan grande la sorpresa de Allison al entrar al piso, con ver el portal del edificio, bastaba para imaginar que todo aquello estaba lleno de lujos, pero a pesar de ello, guardaba cierto aspecto hogareño. Ella esperaba un piso del todo negro, incluido sofás, pero Noah tenía dos sofás color arena y un comedor de sillas del mismo color, con mesa de cristal. Pero todo eso pasó a un segundo plano, cuando Allison vio el enorme ventanal con unas vistas espectaculares de la ciudad, se fue corriendo hacia allí y se deleitó con aquello.

―Te gusta la vista? ―preguntó Noah a su espalda y sacó un telescopio de detrás del sofá―. Si quieres en la noche podemos ver las estrellas ―sugirió él.

―No, porque pienso terminar antes. Será mejor que empecemos a trabajar cuanto antes. –dijo ella de repente, rompiendo toda la magia que Noah intentaba crear.

―De acuerdo ―y la guió hasta el comedor―. Muéstrame lo que tienes hasta ahora.

Noah se sentó justo a su lado, con la excusa de ver lo que ella llevaba hecho en el portátil. Pero la realidad, era que estaba disfrutando de los nervios que provocaba en ella. Allison intentaba concentrarse en lo que estaba diciendo y no mirarlo, pero de vez en cuando se sorprendía mirándolo mientras hablaba.

―¿Me podrías decir dónde está el baño? ―preguntó ella poniéndose de pie bruscamente.

―Sí, lo tienes al final del pasillo.

Solo llevaban una hora trabajando y a pesar de que ninguno estaba del todo concentrado en el proyecto, habían avanzado bastante y lo más seguro es que lo terminaran ese mismo día,

Allison se fue al baño solo para poder respirar con normalidad, bajó la tapa del váter y se sentó e intentó tranquilizarse, no podía dejarse intimidar por él y mucho menos seducir, que era lo que en realidad se estaba proponiendo.

La última conquistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora