Capítulo 14

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Capítulo 14

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Capítulo 14

―¿Por qué haces todo esto? ¿Por qué me ayudas? ―quiso saber Allison.

Noah permaneció unos segundos en silencio, no sabía si era el momento adecuado para decirle que la quería, corría el riesgo de que aún no le creyera.

―Porque no soporto ver a ninguna mujer llorar ―fue lo único que pudo inventarse.

Escuchar eso no respondió la pregunta de Allison o al menos no fue la respuesta que ella esperaba y se sintió un poco triste, provocando que corriera una lágrima por su rostro.

―No quiero que vuelvas a llorar, yo te ayudaré en todo.

―Gracias.

Llevó su boca hasta la de Noah, estar entre sus brazos no era suficiente y necesitaba sentirlo, lo había echado tanto de menos. Se besaban con calma, disfrutando de ello, Allison empezó a desabrochar la camisa de Noah y por fin pudo sentir el calor de su pecho en las palmas de sus manos.

―Eres tan hermosa ―le susurró cerca del oído y la levantó en brazos para llevarla a la cama.

Aún tenía los ojos húmedos por las lágrimas, pero él se los besó para enjugárselas. Allison continuó quitándole la camisa, el contacto con el calor de su piel la hacía sentirse viva, se incorporó un poco en la cama para besar su duro pecho y acariciarlo con las manos. En ese momento no le importaba si el la amara o no, solo quería disfrutar del calor de su cuerpo y entregarse a él como había hecho la última vez.

Resultaba difícil de creer, pero nunca se saciaba, necesitaba tenerlo junto a ella. En poco tiempo se había acostumbrado a buscar refugio en sus brazos y felicidad en sus caricias y besos. Ya no se sentía capaz de vivir sin él y en el fondo le dolía saber que no sentía lo mismo por ella.

Buscó su boca y la besó con desesperación, él ya se había deshecho de la blusa y le empezó a besar los pechos por encima del sujetado, lo que no impidió que sus pezones reaccionaran ante esa caricia, continuó llenándola de besos y arrancándole uno que otro gemido, metió la mano por su espalda, para así bajar la cremallera de su falda, la arrojó al suelo junto con sus zapatos. Fue descendiendo despacio hasta llegar donde quería, a su tierna humedad, posó su boca allí y tomó lo que ella le ofrecía.

Llevando a cabo un juego con su lengua, que estaba haciendo enloquecer a Allison. Su lengua se introducía una y otra vez en el oscuro valle de su intimidad, subió su mano hasta los pechos, tirando de sus pezones con suavidad. Se retorcía de placer, en esta ocasión estaba decidido a hacerla disfrutar de todo lo que hasta entonces ella desconocía.

Retiró su lengua de ese delicioso néctar, para darle placer con sus dedos. Él sabía que ya estaba lista para recibirlo, pero aún quería hacerla sentir más placer, aunque él estuviera a punto de estallar en cualquier momento. Mientras sus dedos hacían un excelente trabajo, regresó junto a Allison, quien reflejaba en su rostro lo mucho que estaba disfrutando, estaba del todo excitada y sonrojada.

La última conquistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora