Capítulo 15

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Capítulo 15

El cuerpo le temblaba como si un gran frío invernal se hubiera apoderado de él. No sabía como había sido capaz de abofetear a Daniel, le escocía la palma de la mano, debido a la fuerza que había ejercido. Pero no había sido solo por haberla insultado, sino también por haber jugado con la libertad de su hermano durante tanto tiempo.

Necesitaba un abrazo que la reconfortara y a su mente solo acudía un solo rostro, el de Noah. Pero como no sabía en que posición se encontraba su supuesta relación, si era solo la mujer con la que se acostaba o tenían lo que se llamaba una relación abierta. No se sentía con el derecho de llamarlo para buscar de su consuelo. Se subió a su coche y se fue a su piso, puede que una ducha caliente la relajara, eso había funcionado en muchas otras ocasiones, antes de probar los fuertes y cálidos abrazos de Noah.

―Le he prometido que ya no la seguiría. –le decía Noah a Ian. –Pero sé que me está ocultando algo.

―¿Entonces que harás?

―Le pediré a Andy que la siga y si él me asegura que todo esta bien y no me oculta nada, lo dejaré estar.

―Estas corriendo el riesgo de que se vuelva a enfadar.

―Lo sé, pero si todo esta bien no se enterará.

―¿Y cuándo se enterará de que la quieres?

―Me ha parecido que aún no es momento, ni siquiera sé si ella siente lo mismo por mí. Puede que piense que estoy jugando con ella y le estoy mintiendo.

―Tu reputación de mujeriego consumado te esta pasando factura. –poniendo una mano sobre el hombro de Noah, mientras sonreía con fuerza.

―Te he traído el documento, Allison lo ha firmado. Quiero que te pongas cuento antes con ello.

―De acuerdo.

Noah se moría de ganas por saber como le había ido a Allison con su amigo, pero tenía la sensación de que no debía llamarla, no se sentía con ese derecho o esa confianza. Tendría que esperar hasta el día siguiente y también para volver a verla, hubiera dado lo que fuera por tenerla junto a él en ese momento.

Aunque pareciera raro, tan solo se hubiera conformado con tenerla a su lado. Disfrutar de su simple compañía o una tranquila charla en la que ella le rebatiera sus ideas. Un día como ese, en donde estaba aburrido, hubiera salido a buscar alguna presa a la que llevarse a su cama, sin embargo no podía pensar en otra mujer, en recorrer otra piel, en percibir otro olor.

Hizo girar el whisky del vaso que tenía entre sus manos y lo miró de forma distraída y sonrió sin muchas ganas. En efecto, estaba más que enamorado de esa mujer y no sentía el menor interés en compartir su cama y mucho menos su cuerpo con otra que no fuera ella.

En cuanto la vio llegar a la empresa, la sujetó del brazo para llevarla a su oficina. La apoyó contra la pared y colocó sus manos a cada lado de su cintura, para darle un breve pero apasionado beso, separó sus labios de los suyo y sonrió con ternura.

―Buenos días ―susurró él muy cerca del oído, haciendo que los pelos de la nuca se le erizaran.

―Buenos días.

―Ven, cuéntame como te fue con Daniel ―pidió él, tomándole la mano para que se sentara en la silla frente a su escritorio. Noah se sentó en una esquina del escritorio y sujetó una de sus manos entre las suyas.

―Todo era cierto, no lo ha desmentido.

―¿Y te ha dicho por que ha hecho tal cosa?

―Sí, por amor ―él soltó un bufido.

―Ese tipo no tiene ni idea de lo que es el amor ―afirmó Noah con seguridad.

Allison no dijo nada acerca de su comentario, pero tenía ganas de saber que tanto sabía Noah Harper sobre el amor. Un hombre que se había pasado la mayor parte de su vida de cama en cama y acostándose con una mujer diferente cada noche. De repente se sintió un poco triste, al darse cuenta que ella se había convertido en una de esas mujeres, pero se sentía incapaz de renunciar al placer de estar con él, aunque no la amara.

―Le he entregado a Ian el documento, sería bueno que visitaras a tu hermano y lo pongas al tanto de todo ―dijo Noah, sacando a Allison de sus pensamientos.

―No le he comentado nada a tu padre, tendría que hablar con él y visitar a mi hermano mañana―. Noah carraspeó.

―Le recuerdo señorita Mattson, que yo soy su jefe y le doy permiso para visitar a su hermano ―en sus ojos se reflejó un brillo de diversión. Pasó su dedo pulgar por el labio superior de Allison, provocando que ella cerrara los ojos ante ese contacto. Le dio un rápido beso y se puso de pie para regresar detrás de su escritorio.

―Gracias, antes adelantaré algo de trabajo.

―De acuerdo ―y le guiñó un ojo.

Allison salió de la oficina y se dirigió a la suya, se desplomó en su silla y suspiró sin saber si era de tristeza o felicidad. Por un lado estaba feliz por saber que con la ayuda de Noah e Ian, su hermano pronto estaría junto a ella. Pero al pensar en su vida personal, era del todo vacía, si era cierto que en ese momento tenía a Noah, pero solo era cuestión de tiempo que él se cansara de ella y cuando ese día llegara, no sabía como sería capaz de vivir sin sus besos, sus caricias, sin el calor de su cuerpo.

Borró esos pensamientos de desasosiego de su mente e intentó concentrarse en el portátil que tenía frente a ella y se puso a trabajar.

―Supongo que viene a visitar a Mattson ―inquirió el guardia de la entrada.

―No, en esta ocasión quiero hablar con el señor Shaw. –le respondió Daniel.

Después de que Allison le diera esa bofetada delante de todo el mundo y lo dejara allí para que la gente murmuraba un sinnúmero de cosas a su alrededor, se llevó la mano al lugar en donde ella lo había golpeado y en sus labios se dibujó una sonrisa maquiavélica, lo que indicaba que no pensaba permitir que Allison se saliera con la suya.

―¿Tú no eres el abogado del estúpido de Mattson?

―Era, su hermana le ha pasado el caso a otro. Escuché que tuviste problemas con Ronan.

―Sí, me imaginó que sabrás que se atrevió a mandar a alguien a darme una paliza. Pero eso le saldrá muy caro, me desquitaré con lo que más quiere, su linda hermana.

―Te puedo facilitar la tarea, sé exactamente en donde vive y trabaja―. Shaw se sorprendió al escuchar eso y miró con recelo.

―¿Cómo por qué tendría que confiar en ti? Hasta hace unos días eras el aliado de Ronan y ahora me quieres ayudar.

―Llevaba diez años enamorado de su hermana y me cambió por un rico empresario. ¿Quieres algún motivo más?

―O sea que se trata de simple despecho ―y empezó a reír.

―Como sea, ¿Te interesa la información o no?

―Por supuesto, con estole dejaré bien claro a Ronan que es mejor no meterse conmigo y que las cosas sehacen como yo digo. 

La última conquistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora