Capítulo 13

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Capítulo 13

Después de haber estado casi todo el día en la oficina, a las cinco de la tarde partieron rumbo al otro condado. Allison continuaba ignorándolo, a pesar de ir justo en el asiento de al lado.

Creía que aquel viaje sería una buena oportunidad para poder hablar con ella y hacer las paces, pero al parecer todo seguiría igual entre ellos. Allison llevó una pequeña maleta de equipaje, en donde metió su pijama y algunas prendas más y Noah llevaba una mochila.

Angus se había encargado de hacerles las reservas en uno de los mejores hoteles, para que no tuvieran que preocuparse por ello. Noah decidió parar en una cafetería a mitad de camino y así poder despejarse un poco, Allison no dijo nada, pero se bajó del coche junto a él y se fue al servicio, cuando salió, Noah estaba sentado en una de las mesas y se dirigió allí.

―He pedido un trozo de bizcocho de plátano, me han asegurado que está muy bien. ―y le acercó un vaso con refresco.

―Gracias.

―Allison, hay algo que tengo que decirte. Ian me ha dicho algo muy importante... –pero ella lo interrumpió.

―No me interesa escuchar nada que tengas que decirme ―se inclinó para tomar la pajita en sus labios, dejando a la vista parte de sus pechos.

Se había quitado la chaqueta y llevaba una blusa color rojo, que tanto hacía resaltar su pelo y ahora también sus hermosos pechos. Noah se obligó a dejar de mirar hacia allí y volver a la conversación, pero sus ojos se desviaron de allí y se detuvieron en esos lindos labios que tanto había extrañado esos últimos días.

―Se trata de tu amigo Daniel ―dijo finalmente, intentado mirarla a la cara.

―Ya te dije que no me interesa y no voy a permitir que hables mal de Daniel, él es el único que me ha ayudado todos estos años.

―Ese es el problema, no ha estado haciendo lo que tú crees.―Noah guardó silencio, porque en ese momento llegó la camarera con el bizcocho.

―Aquí tenéis, espero que os guste.

―Muchas gracias ―dijo Allison.

―Tu amigo Daniel te ha estado mintiendo.

―Como sigas levantando calumnias en contra de él, me iré al coche y te esperaré allí ―dando por zanjado el tema.

―Por ahora te dejaré en paz, pero ten por seguro que me escucharás antes que regresemos a la ciudad ―ella lo ignoró y se comió su trozo de bizcocho en silencio, del cual no dijo nada, pero le pareció del todo delicioso.

Llegaron al hotel a las siete y media, dejaron su ligero equipaje, para luego dirigirse a la reunión. El hotel era muy elegante, de techos muy altos y suelos muy brillantes, con varias columnas griegas de color dorado, varias pequeñas salas por todo el lobby y al fondo una persona que se escuchaba tocar el piano. Allison no tuvo tiempo de apreciar muy bien su habitación, de la cual solo pudo apreciar que era muy amplia y luminosa.

Las personas a donde se dirigían, querían comprar acciones en la empresa de Noah. Tenían que saber cual era la cantidad que estaban dispuestos a ofrecer y decidir si aceptaban.

―Si se trata de una buena oferta debemos aceptar.

―La última vez que hablaron con tu padre, ofrecieron una oferta muy buena, pero él se negó en un intento de pedir más dinero ―dijo Allison.

―Sí.

Al menos cuando hablaban de negocios no peleaban, no pasaría de esa noche sin que hablara con ella y le contara todo acerca de su querido amigo, en el que tanto confiaba y al que Noah empezaba a despreciar.

La última conquistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora