Capítulo 10
Aquella mañana se encontró con Daniel en una cafetería, estaba tan nerviosa por lo que pudiera suceder. No podía dejar de llorar, Daniel le limpió las lágrimas con su dedo pulgar.
Debido a su trabajo, él siempre vestía con trajes. En esa ocasión llevaba uno de color negro, que hacía destacar su cabello rubio y ojos azul oscuro. Allison sabía que no le faltaban las mujeres, porque era un hombre muy guapo, en realidad siempre lo había sido, aunque ella no lo viera de ese modo.
―No llores. Podría contratar un guardaespaldas para que te proteja.
―Muchas gracias, pero ya haces demasiado por mi hermano. Intentaré estar más pendiente por si veo a alguien sospechoso a mí alrededor.
―De acuerdo, ya nos podemos ir ―ese día Daniel acompañaría a Allison a ver a su hermano.
Justo como le había dicho Daniel, Ronan había recibido una paliza, en su lindo rostro aún quedaban algunas magulladuras. Otra vez Allison rompió a llorar, pero esta vez delante de su hermano, cosa que nunca había hecho, siempre que lo visitaba se mostraba fuerte para no preocuparlo, pero al verlo así, no se pudo contener.
―No quiero que llores, Lisy. Esto no es nada, en algunos días estaré igual de guapo que siempre ―decía Ronan intentando quitarle importancia a la situación.
Siempre hacía lo mismo, desde que estaban pequeños. La protegía por encima de todo, incluso de su propia felicidad. Por ese motivo Allison se sentía tan mal y en deuda con él.
Cuando regresó a la empresa, se fue directamente a su oficina, antes tenía que calmarse un poco y luego presentarse ante Angus. Estaba tan estresada, que no sabía como sería capaz de trabajar y lo que era peor, terminar aquel proyecto. Enterró su rostro entre sus manos y respiró hondo varias veces y salió de la oficina. En esta ocasión Noah la vio y la sujetó del brazo para hacerla entrar en su oficina.
―¿Has podido resolver ese asunto personal? ―le preguntó cuando la tuvo frente a él.
―No es de su incumbencia ―mostrando una fuerza en su voz que la sorprendió.
―Tienes que comprender, que desde el día que te vi llorar. Todo lo que te ocurre, es de mi incumbencia ―ella se movió para zafarse de su mano.
―Tengo que ponerme a trabajar ―levantó la cabeza con altanería y se dirigió a la puerta para salir de la oficina.
―Sí, es mejor que termines el proyecto hoy. Porque sino mañana te tocará en mi piso, juntos ―le dijo él mientras sujetaba la puerta para evitar que ella saliera y sonría de forma burlona.
Cuando Allison dejó la oficina, se encontraba del todo sofocada y excitada de ese leve encuentro, que para nada había sido placentero. Solo había despertado en ella esa sensación de deseo, que por un momento se olvidó hacia donde se dirigía.
―Señor Angus, ya he llegado. Enseguida me pongo a trabajar.
―De acuerdo, necesitamos tener ese proyecto listo para el lunes. De todos modos si no pudieras terminar hoy, la idea de Noah de trabajar en su piso, no estaría mal.
―Lo terminaré hoy ―dijo ella con seguridad.
Aquel día ni siquiera salió a comer, por su empeño en acabar ese proyecto. Tenía que presentarlo el lunes en una reunión, se trataba de un negocio muy importante y además no quería trabajar al lado de Noah. Miró su reloj de muñeca y marcaba las cinco y media, lo que indicaba que ya la mayoría de empleados habían abandonado la empresa. Chaqueó la lengua con evidente disgusto. Se masajeó las sienes, cerró el portátil, tomó su bolso y su chaqueta y se levantó para marcharse.
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La última conquista
RomanceNoah es un casanova, que un día queda deslumbrado ante la atractiva secretaria de su padre y hará todo lo posible por llevársela a la cama. Pero el destino tendrá otros planes para él. Mientras que Allison se resiste a caer en sus brazos e intenta p...