Capítulo dos

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Lunes…Martes…Miércoles…Jueves…Viernes…De nuevo sábado y yo no dejaba de pensar en él. Estaba en vacaciones de verano, por lo que no tenía que hacer nada importante. Una semana y aún no habían llamado a Paula a una nueva entrevista en aquella empresa, ella estaba desesperada por encontrar una trabajo, yo por volverlo a ver, digan lo que digan, sé que solo fueron minutos, pero me enamoré… o eso al menos creo.

He estado con una mezcla de depresión y esperanza atormentándome a cada momento, mis padres se encontraban en viajes de negocios supongo, ambos trabajaban en bienes raíces y de vez en cuando salen de la ciudad a hacer sus cosas, por lo tanto hasta el próximo martes la casa es solo para mí y para Paula. El término “cuidado” de Paula consiste en dejarme hacer lo que quiera mientras regrese a mi casa a las nueve de la noche y no rompa nada dentro de esta.

Hoy no tengo ni la menor intención de salir de la cama, a menos que sea para comer. Suspiro, prendo la T.V. y bajo a la cocina a preparar algo breve, mi hermana está completamente vestida y lista, leyendo el periódico con una taza de café, apenas son las ocho y media de la mañana, saludamos y cada una se concentra en su tarea, Pan tostado con queso y jamón, chocolate caliente, huevos revueltos y jugo de piña forma el desayuno que voy a subir a mi cama, si mis padres estuvieran aquí probablemente no podría hacerlo, pero no están y a Paula no le interesa.

-Estas en vacaciones de verano, tienes quince años- aparta la vista de su periódico viéndome directamente mientras estoy a medio subir la escalera- Sal, conoce personas, haz vida social.

Suspiro cansada, apoyo la bandeja con mi desayuno en el piso y me siento en la primera grada viéndola directamente también.

-Sé que no tengo vida social, gracias por recordármelo. No tengo ánimos de salir, prefiero descansar

-Vaya, ¿Te pasa algo?- Julián, me pasa Julián, pienso- No puedes vivir toda tu vida aquí encerrada. Hoy cuando llegué no quiero verte, diviértete, ve a una fiesta, si quieres puedo ver en donde hay una, pero enserio, me desesperas, por favor sal de vez en cuando.

-Ok, entendí el mensaje, hoy desaparezco suerte con lo que tengas que hacer aquí- sonrió imaginando a Paula haciendo una fiesta descontrolada-no me verás aquí, la casa es toda tuya

-Idiota- me sonrió divertida-Sabes que no me refiero a eso.

-Está bien, veré que puedo hacer

Levanto la bandeja del piso y camino a mi habitación, antes de cerrar escucho el grito de Paula.

-¡Quiero un cuñado!

Vaya, cualquier hermana normal diría lo contrario, pero siempre lo he profanado Paula no es normal, rio ante el pensamiento. Seriamente no estoy con ánimos de ir a una fiesta, ni de socializar hoy, supongo que saldré al centro comercial de nuevo. Como mi desayuno mientras veo “X-men”

              *                          *                         *                             

Son las doce del día y ya estoy lista para salir, casi tengo el mismo atuendo que el otro sábado, no me interesa verme bien, no hoy. Cojo mi celular mis audífonos, dinero, llaves y salgo de mi casa, hasta la parada de bus, tengo que esperar diez minutos hasta que llegue el que me llevará a mi destino.

Mismo centro comercial, voy directamente al patio de comidas y pido tres pedazos de pizza, busco una mesa solitaria y con mi comida me siento. Lo sé nada divertido, pero así es, mi vida no es ningún espectáculo. Como los dos primeros pedazos de pizza sumida en mis pensamientos, bueno hasta que unas manos me tapan los ojos, y me quitan los audífonos.

Mayor que yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora