Hoy es lunes de nuevo, me siento feliz cada vez que recuerdo lo que pasó con Julián, aunque a la vez me inunda la tristeza y preocupación de que nunca lo vuelva a ver, hoy también fue el primer día que mi hermana fue a su nuevo trabajo cómo asistente de contador, está realmente feliz y me alegra a mi también, no está en la empresa matriz, sino en una de las sucursales en el centro de la ciudad.
Por el momento estoy completamente sola, mañana mis padres ya vuelven de su viaje, bueno me parece que solo estarán aquí por dos semanas, luego se irán de nuevo.
Me siento como saltamontes enjaulado, quiero salir y correr, tengo energías para esta vida y la otra, sin embargo, no quiero salir.
Sin tener nada que hacer, pongo música a alto volumen y empiezo a limpiar mi casa. Quitar el polvo, poner las cosas en su sitio, barrer, trapear...todo mientras me movía bailando.
Me tomó exactamente dos horas acabar, pero todo quedó brillante, hasta mi frente, perlando de sudor. Me metí a la ducha y rápidamente salí de nuevo. Me puse unos shorts jeans cortos y una camiseta floja, un tanto transparente, con unas zapatillas abiertas. Bajé a la sala, concentrada en mi celular, tanto que no me di cuenta que había dos personas conversando abajo. Mi hermana me habló para que alzara la vista.
-¡Eh! Mariana
Alcé la vista y la sangre se me subió a las mejillas, ahí estaba sentado mi amor platónico siempre elegante y con papeles sobre la mesa de centro de la sala, mi hermana revisaba esos papeles, bueno por el momento solo me miraba, con los dos viéndome fijamente no pude evitar que las piernas se me volvieran gelatina, en especial por la mirada de Julián, yo vestida como si estuviera en la playa, desarreglada y horriblemente avergonzada.
Suspiré y creí que ya nada podría ser peor, hasta que mi tobillo se dobló y caí de bruces al suelo, me dolía el cuerpo, pero más me dolía mi dignidad, ¿Por qué a mí? Al instante unas manos fuertes me agarraron por la cintura y me ayudaron a levantarme, una risita discreta de mi hermana me hizo fulminarla con los ojos cuando ya estuve parada, Julián se paró frente a mí, me pasó las manos por los hombros, cómo sacudiéndome el polvo, luego me mira a los ojos y me sonríe, como compadeciéndome y por lo bajo, solo para que yo escuche me pregunta.
-¿Estás bien?
Asiento y cómo si no nos cociéramos, cómo si no hubiéramos hablado nunca nos damos un beso en la mejilla, cada uno dando las buenas tardes. Luego él se sienta en su lugar y me ignora olímpicamente. Yo, voy a la cocina y tomo un pequeño aperitivo, también hago un poco de jugo de naranja y los pongo en dos vasos, esta vez cuidando de no tropezarme les sirvo el jugo a los dos, luego me siento a lado de Paula.
De vez en cuando Julián me mira de reojo, por alguna razón, mi sexto sentido me dice que algo lo tiene intranquilo y lo pone nervioso, sinceramente, no sé la razón de su visita a mi casa, pero imagino que es para firmar el contrato de trabajo de Paula. Estoy en otro planeta, literalmente, solo escucho a medias la conversación que mantienen los otros, me quedó un largo rato mirando a Julián directamente a la cara, no puedo evitarlo. Él, mientras mi hermana lee un papel, me mira también y me guiña un ojo.
Se me acelera el corazón y de nuevo me sonrojo, sonríe ante eso. Estoy feliz, me levanto repentinamente y voy a la cocina, cuando me cercioro de que nadie pueda oírme empiezo a dar pequeños brincos y grititos bajos, estoy con una mezcla de emociones imposibles de describir. Bueno la verdad es que sé que en un futuro me desilusionaré, porque tal vez él simplemente me vea como una niñita.
Regreso a la sala con una sonrisa enorme en mi cara, cinco minutos después mi hermana se levanta a buscar una cosa y me quedo sola con Julián, estoy un tanto incómoda, no sé qué decir o cómo actuar, pero por suerte el empieza la conversación.
-Mariana, ¿Puedes darme tu número de celular por favor?
Se lo di con gusto, también tuve el suyo.
-Otra pregunta más, ¿Cuándo tienes tiempo libre?
Me sorprendió la pregunta, pero su sonrisa me obligó a responderle con sinceridad.
-Creo que el viernes estoy libre- decidí contarle sobre mis padres- mis padres regresan mañana, por lo que deberé acompañarlos, pero el viernes tendré un poco de tiempo libre.
-Genial.
Se nota en su voz algo de nerviosismo, no sabría decir porque, incluso su respiración se agita y antes de decir lo que sea que tuviera que decirme dio un gran respingo y lo soltó tan rápido que no pude oírlo, más bien pareció un balbuceo inexpresivo, obviamente le dije que me lo repitiera, y me sorprendió lo que acababa de escuchar.
-¿Quieres tener una cita conmigo?
Tuve que tomarme un tiempo para poder procesar lo que estaba escuchando, sé que nos conocíamos ¿Qué? ¿Dos días? Y tal vez esto fuera un tanto precipitado, pero mi corazón literalmente saltaba de mi pecho y mi boca articuló lo único que en realidad quería decir.
-Sí
Mi corazón latía ya saliéndose de mí, respiré y él también lo hizo, nos sonreímos e intentamos decir algo más, pero Paula llegó y debimos comportarnos.
* * *
Hola! Bueno, el capítulo está cortito, pero no tenía mucha inspiración, en fin, espero que les guste, voten y comenten.
GRACIAS POR LEER. Las adoro.
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Mayor que yo
RomanceElla es solo una niña y él ya es un hombre maduro. Ella es tímida e introvertida, él es experimentado y reservado. Ella admira su experiencia, él admira su inocencia. Mariana conoce a un hombre muy guapo y atento, doce años mayor que ella. Como es d...